La Tribuna Nacional
La Tribuna Nacional publica su primer número el 6 de octubre de 1880 y su último ejemplar aparece el 14 de abril de 1889. Como lo estudia estudia Paula Alonso, se constituirá en la década del 80 en portavoz del roquismo: “Su director, Olegario Andrade, había sido condiscípulo de Roca en el Colegio de Concepción del Uruguay y solventó una vida inclinada a las letras a través del periodismo. A su muerte en 1882, la dirección del diario pasó a manos de Agustín de Vedia y de su hijo Mariano. La Tribuna Nacional fue financiada por créditos del Banco Nacional, por el sistema habitual de accionistas entre simpatizantes y amigos de confianza y, principalmente, por suscripciones del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales. Su impresión diaria se ponía a la venta a las dos de la tarde, tenía formato y tipografía ordinaria, costaba igual que los otros y profesaba ser en cuerpo y alma un digno representante de la prensa política. La Tribuna Nacional insistía en que ella no era la voz oficial del gobierno nacional, que éste tenía otros medios formales para hacer conocer su labor. Ella, en cambio, se presentaba a sí misma como la voz del roquismo, como el instrumento político del presidente y de su círculo íntimo, posicionándose a sí misma como un partícipe más de las batallas ideológicas que se libraban a través de la prensa gráfica.” (“La Tribuna Nacional, Sud-América y la legitimación del poder (1880-1890)”. Entrepasados, n.24-25, 2003, pp. 29-66).
En La Tribuna Nacional, Lucio V. Mansilla publicará principalmente una columna con noticias internacionales titulada “Ecos de Europa”. El 5 de febrero de 1881 en el Iberia, Mansilla parte hacia Europa por cuarta vez enviado en misión oficial por el presidente Julio Argentino Roca. La designación que se le otorga no es precisa: El Diario del 12 de junio de 1882 y La Nación del 10 de enero de 1884 lo denominan “agente militar”; El Nacional del 26 de mayo de 1882, “comisionado militar” (Popolizio, Enrique. Vida de Lucio V. Mansilla. Ediciones Peuser, 1954). Ya en el Viejo Continente, a la par que se desempeña como comisionado o agente, ejercerá nuevamente el oficio de corresponsal. La columna aparecerá desde el 20 de abril de 1881 hasta el 1 de noviembre de 1883 casi siempre bajo el seudónimo Juan de Dios. La publicación de la misma será periódica pero sin rango fijo: obedecerá al ritmo de los vapores que traían las “valijas” desde Europa y al de los redactores que decidían cómo dar a conocer esa información que les llegaba en conjunto, como ocurría en la mayoría de los casos con las noticias internacionales. También dependerá de los viajes del propio Mansilla de vuelta a la Argentina. La correspondencia está fechada y, durante 1881 y comienzos de 1882, se consigna también el lugar de emisión. La mayor parte se escribe desde París, pero se registran también otras ciudades, lo que nos permite seguir algunos de los desplazamientos del agente: San Petersburgo, Moscou y Stockholmo en junio de 1881, Copenhague y Londres en julio de 1881, Friburgo en agosto de 1881, Roma en octubre de 1882. El título y el seudónimo se mantendrán estables. El cambio más importante se dará recién el 23 de marzo de 1883 cuando la columna comience a aparecer como “Cartas de Mansilla” siendo reemplazado el seudónimo por la firma y variando el título el 4 de abril a “Europa. Carta[s] de Mansilla”. El 15 de junio de 1883 se retomará el título “Ecos de Europa” publicándose esta vez ya bajo su firma, sumándose el subtítulo “Cartas de Mansilla” a partir del 27 de junio del mismo año. Antes de que la columna adquiera estos títulos, pero bajo el mismo seudónimo, aparecerán “Sobre Cuberta” (28 y 29/3/81), texto en el que se describe el viaje a Europa a bordo del Iberia, y “San Vicente y la Cabeza de Washington” (10/04/1881), texto que Mansilla retitulará como “La Cabeza de Washington. Apuntes de mi cartera de viaje” incluyéndolo en el tomo I de su Entre-Nos. Causeries del jueves (Casa Editora de Juan Alsina, 1889).
La columna es de carácter eminentemente informativo pero incluye también descripciones, valoraciones y reflexiones del corresponsal. Toma la forma de breves apartados: en general uno o dos principales que constan de más párrafos y, luego, intervenciones más breves, algunas de tan solo 3 líneas, todas separadas por asteriscos. Ya casi llegando al final de sus publicaciones, en la carta que aparece el 24 de mayo de 1883 Mansilla da cuenta reflexivamente de la forma que han adquirido los envíos: “Prometí en mi carta anterior ocuparme de una cuestión social, –la del trabajo penitenciario,– y voy a hacerlo, siguiendo siempre mi sistema de no detenerme en consideraciones de largo aliento, que le quitarían a mis cartas el carácter que tienen –es decir el de noticias escritas al correr de la pluma”. La temática, como ocurría en general con las noticias internacionales, es variada: los sucesos políticos que sacuden a Francia y Europa y la expansión colonialista ocupan el primer plano pero se da cuenta también de costumbres y eventos sociales, adelantos científicos, estudios militares, novedades artísticas y literarias, etc.
Antes y a la par de las columnas aparecerán otros materiales firmados por Mansilla. Centralmente, por el modo en que dialogan con los tópicos de las entregas, se publicará un texto informativo titulado “La guerra del pacífico”, el 2 de abril de 1881, la traducción de “Carta de Emilo Zola a la Juventud Francesa” precedida por una “Advertencia” el 19, 20, 22, 23-24 y 26-27-28 de mayo de 1881 y el 2 de junio de 1881 y tres cartas: una dirigida a Olegario Andrade, titulada “Una visita a Victor Hugo”, el 18 de noviembre de 1881; otra sin destinatario, “Carta del Coronel Lucio V. Mansilla”, relativa al servicio sanitario inglés en Egipto, el 15 de octubre de 1882; y, finalmente, otra dirigida a Roca, “El Coronel Mansilla al Gral. Roca”, con datos datos referentes al ejército Federal obtenidos en Suiza, del 16 de mayo de 1883.
Si se observan los números en que apareció la columna de Mansilla se puede determinar que ésta era importante para cubrir la demanda de noticias internacionales de la que debían hacerse cargo los periódicos a comienzos de la década del 80 (Caimari, Lila. “El mundo al instante. Noticias y temporalidades en la era del cable submarino (1860-1900)”. Redes, n.40, 2015). A diferencia de La Nación o La Prensa que, según lo determinan diversas lecturas críticas, se constituyen como referentes en la modernización de la actividad periodística y en la elaboración de las noticias internacionales (Roman, Claudia. “La modernización de la prensa periódica, entre La patria argentina (1879) y Caras y Caretas (1898)”. El brote de los géneros, dirigido por Alejandra Laera, Emecé, 2003.), La Tribuna Nacional no ocupa un lugar central en este sentido. Pero sí lo hace, como indicamos, en el campo político nacional. La columna de Mansilla se publica, entonces, en medio de las batallas que libra el diario para defender las políticas y posicionamientos del roquismo. Dentro de su obra, se constituye como el espacio en el que el escritor le da cuerpo y letra a lo que había compuesto, sin desarrollar, en Una excursión a los indios ranqueles como uno de los ejes centrales de su autofiguración: su conocimiento del Viejo Continente y su capacidad de moverse en él como un habitué. Nos presentará una Europa en presente (no recordada, como ocurrirá luego en las causeries) en la que “los acontecimientos políticos se suceden con vertiginosa rapidez” (18/01/1882), construyendo, entre las diferentes velocidades que instalan el telégrafo y el vapor, una corresponsalía singular, con ritmo propio. Corresponsalía que, antes que desdeñar, se hace cargo del impulso informativo y elabora una serie de tópicos que tienden redes con otros momentos de su producción.
“Ecos de Europa” y los textos asociados a esta se dieron a conocer por primera vez en El excursionista del planeta (Fondo de Cultura Económica, 2012), investigación, selección y prólogo de Sandra Contreras, en el cual se determina la pertenencia del seudónimo y se reproduce una selección. En esta Colección se editan de manera completa por primera vez. Mariana Catalin.
Revisión agosto-octubre 2023
En este marco, es fundamental destacar que, a partir de la información provista por Sergio Pastormerlo, la publicación de "Cazuela" es previa a la colaboración periódica de Mansilla en La Tribuna Nacional, a través de su columna Ecos de Europa; la incluirá más tarde en el Tomo II de Entre-Nos. Causeries de los jueves (Buenos Aires, Casa Editora Juan Alsina, 1889), en el cual comenzará a publicar este y otros textos que forman parte de los artículos que integran la "serie del oro". Previamente a "Cazuela", y apenas aparecido el diario, en octubre de 1880, localizamos también el artículo "La guerra entre Chile, Bilivia y Perú, de 1880". Luego de finalizada la columna "Ecos de Europa", Mansilla publicará en el diario la "Tercera Época" de sus "Estudios Morales" (1888), enseguida editada en el libro titulado El Diario de mi vida o sean Estudios morales (Imprenta Tribuna Nacional, 1888). Asimismo, y en el marco de la aparición de sus causeries en el Sudamérica, publica en La Tribuna Nacional "De cómo el hambre me hizo escritor" (10/10/1888) y "Anacarsis Lanús" (15 y 16/10/1888), recopiladas ambas por el autor en el tomo I de su Entre-Nos. Causeries del jueves (Casa Editora de Juan Alsina, 1889). Sandra Contreras.