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“Ensayo. Sobre la novela en la Democracia. Juicio crítico sobre la Emilia de R. el Mujiense. (Conclusión)"

Item

Código de referencia

AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº0411

Fechas

28-11-1863

Título/Asunto

“Ensayo. Sobre la novela en la Democracia. Juicio crítico sobre la Emilia de R. el Mujiense. (Conclusión)"

Nombre de publicación/Lugar

La Tribuna - Buenos Aires

Alcance y Contenido

Artículo publicado en La Tribuna. Sección: Literatura nacional. Primera página, columnas 1 a 3. Fechado, Rojas, noviembre de 1863. Datado al final: Rojas, Noviembre de 1863. Retoma dedicatoria a su amigo Rufino Varela. Comienza “[Conclusión]”. Continua apartado IIII del ensayo. Fragmentos en los que critican el papel de la educación y la ciencia y los relacionan con el aumento de los vicios y crímenes en el presente. Explicita su desacuerdo y desarrolla las razones del mismo. Reproduce un discurso propio pronunciado en Rojas. Vicios y crímenes en otras épocas. Las sociedades son más morales luego de la Revolución Francesa. Garantías de los pueblos. Avances de la civilización. Comparación entre diferentes pueblos en el presente. Apartado V del ensayo. Retoma líneas previas y condensa sus tesis en una fórmula. En relación con el desarrollo que ha realizado concluye que el apogeo literario de la novela en Argentina está lejano aún. Estado de la democracia en el país. Modos de propender a la formación de una literatura nacional.

Idioma

Español

Firma /Seudónimo

Lucio V. Mansilla

Nivel de descripción

UD Simple

Volumen y Soporte

1 ejemplar - Digital

Tipología documental

Artículo

Nombre del creador

PIP Mansilla

Nota de investigación

Esta serie de artículos fue recuperada por Pablo Darío y Crespo, Natalia (2013) en la Revista de Literaturas Modernas, Vol. 43, no. 2, p. 117-151, "Mansilla, Lucio Victorio. “Ensayo sobre la novela en la Democracia o Juicio crítico sobre la Emilia de R. el Mujiense”. Ed. crítica a cargo de Pablo Colombi y Natalia Crespo.

Existencia y localización de originales

Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"

Transcripción

ENSAYO
SOBRE LA NOVELA EN LA DEMOCRACIA
Ó JUICIO CRÍTICO SOBRE LA EMILIA
DE R. EL MUJIENSE
Por Lucio V. Mansilla.
A SU AMIGO RUFINO VARELA.
[Conclusion]
Pero protesto contra estos párrafos.
“Una de las mas bellas conquistas de los pueblos modernos, es sin disputa la tendencia á difundir la ilustracion en las masas, partiendo de la creencia que un pueblo ilustrado se aleja de los focos de corrupcion donde se engendra el crímen.
“Pero una triste esperiencia se encargó de demostrarnos que los resultados no han correspondido hasta hoy á aquellos nobles deseos.
“La causa nos la acaba de demostrar esa nueva ciencia, que empieza á lucir en el vasto horizonte de los conocimientos humanos, en la carencia de bases sólidas en que aquella ilustracion se apoya, base que no puede ni debe ser otra que la religion y la moral.
“Se ha demostrado de un modo matemático que hay una infinidad de crimenes y males que eran desconocidos ó muy raros entre los antiguos, y se aumentan de un modo tan prodijioso en nuestros dias, que parecen inherentes al progreso de nuestra tan decantada civilizacion.”
En nombre de la civilizacion moderna, yo contesto, que semejantes aserciones son falsas.
Si hay algo cierto en el mundo, es que la ilustración en lugar de llevar, aleja de los fosos de corrupcion.
La estadística se ha encargado de demostrarlo de una manera evidente. Y á este propósito, séame permitido reproducir aquí lo que dije en un discurso, que ha poco pronuncié al inaugurarse una escuela pública en Rojas: “La estadistica de algunos pueblos modernos contiene á este respecto cifras curiosísimas, q’ son á la vez una enseñanza severa para las generaciones presentes y por venir. En Inglaterra, por ejemplo, se educa mas que en Irlanda, y Escocia mas que en Inglaterra, y en Nueva York y Nueva Inglaterra, tanto como en Escocia. Pues bien, en Irlanda se comete un crimen por cada quinientas almas, en Inglaterra uno por cada novecientos setenta, y en Escocia, Nueva Inglaterra y Nueva York uno por cada cinco mil. ¿Quereis una prueba mas elocuente del poder rejenerador de la educacion?
Os diré que las civilizaciones antiguas mas poderosas perecieron porque no educaron al pueblo como la Democracia de nuestros dias. El Ejipto, la Grecia, Cartago y Roma no educaron.”
Los vicios que hoy existen existian en la mas remota antiguedad, y muchos de ellos, los mas odiosos y degradantes eran mucho mas comunes entonces que ahora.
Tomad la Biblia, y en cualesquiera de sus páginas hallareis la prueba de ello.
Caín, es el primer hombre que ensangrienta la tierra con un homicidio; el que acarreando sobre su posteridad las maldiciones de Dios, hace que la especie humana sea condenada á esperimentar largos y durísimos dolores.
A poco andar corrómpese la tierra y se llena de iniquidad. Y Dios, viendo tanta corrupción é iniquidad, resuelve que los hombres perezcan, salvando solo a Noé y los suyos, pues, reconoce que él es el único justo en la tierra.
Este castigo tremendo, universal; no alecciona, empero á la humanidad.
Sodóma y Gomorra convertidas en lupanares de infamia y abominacion, provocan la cólera divina, y el fuego las devora y las elimina de la faz de la tierra por siempre jamas.
Loth, seducido por la crápula de sus hijas, no tarda despues de esto en cometer el primer incesto con que se mancha la humanidad.
Onan, hijo de Judá y marido de Thamar, entrégase a un vicio torpe y menguado, y maldecido de Dios perece súbitamente como herido del rayo.
Los hijos de Jacob, venden por envidia á su jóven hermano José.
El Decálogo, promulgado por Moises, desde la cumbre del alto Sinai, prueba que en aquellos tiempos patriarcales, se robaba y se mataba como ahora; que como ahora, el desamor, lo concupiscencia, la mentira, el asesinato, el robo ejercian su maléfica influencia sobre la frágil y pecadora humanidad.
Si de aqui paso á Grecia encuentro que los griegos eran viciosos, corrompidos y crueles como sus antecesores.
Los ríjidos espartanos eran habilisimos ladrones, como que se ejercitaban en robar, pues, este artículo formaba parte de su viril educación.
Los atenienses, eran disolutos, que pusieron en moda el amor sacrático, y como ningún otro pueblo fueron ingratos con sus servidores. Así, véseles condenar á la última pena á seis de sus generales victoriosos, q’ á causa de una borrasca no tuvieron tiempo de enterrar los cadáveres de la batalla ganada,— sentencia que al sello de la supersticion reune el mas inaudito carácter de ingratitud y atrocidad.
Solo ellos han condenado á hombres puros é intachables, modelos de prudencia, de civismo y longanimidad, como Focion á la horrible pena del veneno, á la amarga y desagradable sicuta.
En Roma el pueblo asistia alegremente al Coliseo, y allí se estasiaba en ver morir á los cristianos que lidiaban con las fieras. Los magnates arrancábanles los ojos á sus esclavos para que batiesen mejor la crema. Y si hay páginas fecundas en maldades, esas páginas son las de la historia Romana.
Pasando del mundo antiguo á la Edad Media, encuentro que la Inglaterra, ese país donde hoy se goza de tanta libertad y donde se educa con tanta profusion, es el mismo que ha enviado al suplicio cuatro reinas,— Ana Bolena, Catalina Howard, Juana Gray y Maria Stuardo.
Viene en seguida la Francia, donde los frailes fanáticos asesinas reyes, donde los reyes asesinan hugonotes,—la Francia que en presencia de Francisco I y su corte, descuartiza al infeliz Montecuculli,porque el Delfin muérese en sus manos de una pleuresia.
Tiendo la vista á la España, y allí veo que los reyes matan con su propia mano, como D. Pedro el Cruel; y allí veo que se establece una inmensa hoguera, que se llama la Inquisicion, donde para mayor gloria de Dios, se quema sin piedad.
En Italia, en Portugal, en Alemania, en Rusia, do quier hay hombres derramáse sangre y pululan los crimenes.
La Revolucion Francesa, es la última página sangrienta de la historia, y, aunque implacable y furibunda como ningun otro sacudimiento popular, ella inauguró una éra social completamente distinta de las demás. Desde entónces la civilizacion moderna cambia de caracter. Y asi como en la antigüedad cometiéronse mas crimenes que en la edad-media,—asi tambien en nuestros dias las sociedades Europeas son mucho mas morales que en el renacimiento.
Las naciones arman ejércitos, gastan injentes tesoros y derraman sangre á raudales. Pero, como los Griegos, no condenan á sus leales hijos al veneno,—no asesinan hugonotes como los franceses del tiempo de Catalina de Medici,—no queman herejes como los Españoles del tiempo de Torquemada,—ni decapitan reyes como los ingleses del tiempo de Isabel.
El derecho de la mente, es acatado. La conciencia sagrada. Los pueblos tienen garantías. Las pasiones de los reyes están encerradas dentro de límites racionales. No está en su mano ahorcar ni quemar. El dinero satisface ciertas necesidades; pero no lo puede todo. Nadie esclama ya como Richelieu yendo á ajusticiar á Cinq Mars y De Thon, es una lástima que no haya verdugo! Al contrario,—hay quien pida calorosamente la abolicion de la pena de muerte ; porque el pueblo no se recrea ya en horribles espectáculos, como en tiempos de Domiciano; hay quien protesta contra toda iniquidad, porque existe una voz anónima, pero potente y que todo ahoga como el rujido de la tempestad, que se llama la voz del jénero humano, que es el eco de la conciencia de la civilizacion, la cual constantemente clama contra todo atentado, contra toda violencia y todo crimen, que perturbe la armonia social.
Los que dicen que la civilización corrompe, desconocen estas lecciones de la historia y olvidan que la civilizacion dulcifica el caráter de la humanidad—asi como cuando sostienen que en el estado primitivo ó patriarcal no se conocian, ni se conocen los crímenes, ni los vicios de hoy, no piensan en Cain, ni en Sodoma, ni Onan.
Pero no hay necesidad de ir tan lejos. Compárese el estado social de un pueblo Europeo ó Americano, con el estado de un pueblo primitivo de Asia, Africa, ó América, y se verá que hay mas moralidad en una aldea de Normandia ó de Galicia, en un pueblo de Estados Unidos ó de la República Argentina— que en una tribu de Bengala ó Sumatra, que en una tolderia de Pampas ó Gualcurues.
La civilizacion no quema en ardientes piras á la viuda, ni come á sus semejantes, como los pueblos primitivos ó no civilizados; tampoco inmola víctimas humanas como los adoradores de la diosa Kalí, la civilizacion no abandona a sus enfermos, y como el indio Americano, al contrario, semejante á las antiguas Samaritanas prodiga su auxilio á quien lo ha menester y esta faz humanitaria distingue singularmente el hombre civilizado del salvaje; que á su fisonomia feroz, supersticiosa, reune el rasgo especial de la cobardia en socorrer á sus iguales.
Convengamos en que todos los pueblos desde Adam á la fecha han conocido el crímen y la superstición, la iniquidad en todas sus manifestaciones. Pero concededme que la humanidad ha mejorado de condicion, á medida que se han ido modificando las ideas, por el adelanto de los estudios morales, y el progreso de las ciencias exactas y físico naturales, que rompiendo el velo que ofuscaba la mente han destruido las preocupaciones de la barbarie derribando los altares de los Dioses paganos.
Sí; “el progreso en el cultivo de las facultades ha mejorado la condicion moral del hombre en lo que es susceptible de ello y la hubiera mejorado mas, si siempre se hubiesen presentado como formas de nuestros instintos y sentimientos, objetos y concepciones que hubiesen sido la espresion jenuina de la verdad, de la justicia, de la belleza y de la utilidad comun”.
Esto dice un eminente pensador moderno. Yo me complazco en citarlo, autorizando así doblemente mi voz, y añado. Establecer que la Ilustracion corrompe, equivale á sostener la barbarie. Parangonar al Pampa y al Cafre, con el Americano y el Europeo, y darle la supremacía, equivale á decir que los primeros son mas virtuosos y morales que los segundos, y esto es tan absurdo que cae de su propio peso.
Lo repito en otros términos. El hombre natural es igual en todas partes.
Tal es mi conviccion. Ved sino la marcha de la especie humana desde su creacion hasta el dia de hoy. Asi como el hombre tiene las mismas formas fisicas ahora que tiempo atrás, asi tambien posee los mismos instintos y sentimientos. Dios ó la naturaleza, ha dado el fondo, y con él el libre arbitrio, la conciencia. Habrá desigualdades, no lo niego, porque en la creacion no hay dos cosas especifica y matemáticamente iguales. Cien semillas de trigo dan cien espigas, pero ni su calidad es igual á la cimente, ni cada una de ellas contiene el mismo número de granos. El hijo se asemeja al padre; pero nunca jamás es la vera efijie de su projenitor.
Mas observo al llegar aqui que mi plan ha corrido demasiado, refutando la tesis de R. el Mujiense relativa á la civilización, y es tiempo concluir.
Decididamente voy á hacerlo en el párrafo siguiente.
V.
Dice un escritor Norte-Americano, hablando de la influencia que la civilizacion fisica ejerce sobre la intelijencia de la humanidad, y que los que sostienen que la literatura y filosofia han comensado á declinar, tienen el mérito de llamar la atencion, nobstante que establecen un aserto inexacto é incompleto.
Pues bien, yo declaro que no ha sido mi intencion exitar el asombro del lector lanzando á su critica una proposicion desatentada.
Antes por el contrario, estoy convencido de la verdad de mi tesis, y leeré con placer la objecionesqˈ en contrade ella se hicieren, contemplandome desde ya feliz si con la misma voz de la historia se me demostrase que estoy en error. En cuanto á la inexactitud é imperfeccion de mis vistas, es decir, á la pobreza con que he desarrollado mis ideas, lo confieso bien alto y con una franqueza, que espero no será puesta en duda por nadie, no se me oculta que mi insuficiencia debe haberle quitado al asunto principal una parte de su importancia é interés, por no decir todo. Cuanto para ello con la benevolencia del público.
Por otra parte, y notadlo bien señores, yo no he sostenido ni sostengo que la civilizacion relaje los resortes de la intelijencia humana, muy lejos de ellos, he dicho al principio que hay mas jenio esparcido en la muchedumbre que en una academia por celeste que sea, lo cual implica esta otra idea, educad, es decir, civilizad y levantareis el tono de la intelijencia popular.
Asi mi tesis puede asumir esta fórmula. En la Democracia, mientras el bienestar no se haya hecho estensivo á todas las clases de la sociedad, los progresos de las ciencias exactas, de las artes mecánicas y de los estudios sociales, serán mayores que bajo las demás formas de gobierno,—al paso que en estas adquirirán mayor brillo las bellas artes, la pintura, la escultura, la poesia, la literatura novelesca, ó en terminos mas jénericos, todas las obras de imajinacion.
Me diréis que en la antiguedad ápenas fué conocida la novela; que esta forma de la literatura ha seguido la marcha progresiva de la humanidad, me citareis todas las novelas desde las Cuatro hijas de Aymon, hasta el Quijote y el Gil Blas, que son los eslabones que unen, por decirlo asi, la Edad Media y el Renacimiento á la civilizacion moderna, á la época de mayor libertad que ha atravesado el mundo conocido. Pero yo os diré en cambio, que los pueblos mas democráticos y libres de la tierra, y os los nombraré por el órden de su jerarquia,— los Estados Unidos,—la Suiza,—la Inglaterra, son los menos aptos para la poesía, las bellas artes y la novela.
Ahora bien, pondréis en duda después de haberme leído, que el apogeo literario de la novela en la República Argentina está lejano aun? Por lo que á mi respecta lo digo con toda la fuerza de una verdadera conviccion. Este pais tan mercantil,—tan anheloso de mejoras materiales,—tan activo,—tan celoso de su libertad,— cuando le comparo con otras Repúblicas Americanas,—tardará mucho en brillar por el esplendor de sus bellas letras. Existen en él á no dudarlo los jérmenes de una Democracia que puede ser grande, poderosa y feliz en lo futuro. Pero la tarea no está sino empezada. Un sentimiento, que es la necesidad de ser libres é independientes, nos ha convertido en una Nacion soberana. Es la obra del patriotismo, que ha llenado su mision. Falta que la razon y el buen sentido, que la prudencia y la sabiduria cumplan la suya.
Mientras la aurora de ese momento histórico no asoma en el horizonte del porvenir, y en tanto que esta tierra toma una fisonomía propia, un tipo especial, —los que quieran propender á la formacion de una literatura verdaderamente nacional deberán buscar en las fuentes de su historia, de su forma social é instituciones los materiales para el poema épico, el poema dramático y la novela. De lo contrario, como dice Grimke, criticando el gusto del pueblo Americano, que tacha de nocivo, por la literatura estrangera, vicio de que nosotros adolecemos asaz, los autores carecerán de esa originalidad, de esa solidez que dan dignidad é interes á las especulaciones mentales, y el pueblo continuará leyendo solo para mitigar el mal estar de su fastidio.
Hé aquí porque he creido que no era inútil emitir mi juicio sobre la Emilia de R el Mujiense, —libro de un mérito relativo; pero que vale mas que muchisimos estrangeros que el público busca con avidez y á no dudarlo lee con desgano.
No fué por cierto mi intencion remontarme hasta donde el lector me ha seguido. Pero quien puede decirle á su imaginacion, —de aquí no pasarás, cuando por pobre que sea la masa que la inspira bate esta sus alas?
Ahí teneis porque léese la palabra Ensayo en el epígrafe.
Y por si el volido hubiese sido demasiado osado, y el éxito no respondiese á mis deseos, terminaré diciendo como La Fontaine:
Et si de t´agréer je n´emporte le prix
J’aurai du moins l´honneur de l´ávoir entrepris.
Lucio V. Mansilla
Rojas, Noviembre de 1863.

Fecha válida

1863-11-28