"Furias"
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Artículo publicado en Fígaro. Mansilla se defiende de numerosos anónimos que lo atacan por su intervención en la Cámara de Diputados, en la que trató de “galleguito infame” a Eduardo Sojo, que lo había caricaturizado como carnero en su revista Don Quijote, y en la que pidió su detención. A partir del hecho de que los extranjeros en esta tierra generalmente se sienten como en su casa, y exhibiendo su amplio conocimiento de lenguas, países y comidas, Mansilla se extiende en cuestiones relativas al cosmopolitismo y a la formación del espíritu nacional y compara las disposiciones de distintos países (Estados Unidos, Rusia) en relación con los inmigrantes. Aclara que lo de “galleguito” fue réplica al tratamiento de su persona como “carnero” y no menosprecio hacia españoles o gallegos. Discute las implicancias y sentidos del término “rastacuero”. Y responde enfáticamente a la ironía con que la caricatura distinguía entre Mansilla con “s” y Mancilla con “c” (que implica mancha o baldón).