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"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué. (De nuestro corresponsal)"

Item

Código de referencia

AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº0371

Fechas

03 y 04-02-1868

Título/Asunto

"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué. (De nuestro corresponsal)"

Nombre de publicación/Lugar

La Tribuna - Buenos Aires

Alcance y Contenido

Artículo publicado en La Tribuna el 3 y 4 de febrero de 1868, nro. 4202, p. 2, columna 3. Sección: “Teatro de la guerra”. Con fecha del 27 de enero y la firma de Tourlourou (seudónimo). Admite el cansancio que le provoca la monotonía del campamento. Como la noche es oscura, supone que los disparos que se oyen son falsas alarmas. Comenta la pasividad brasileña en cuanto a acciones militares y la gran actividad en los consejos de guerra aliados. Transcribe un escrito de un jefe de policía paraguayo para demostrar que la dictadura de Solano López castiga a las mujeres con azotes.

Idioma

Español

Firma /Seudónimo

Tourlourou (Seudónimo de Lucio V. Mansilla)

Nivel de descripción

UD Simple

Volumen y Soporte

1 ejemplar - Digital

Tipología documental

Artículo

Nombre del creador

PIP Mansilla

Nota de investigación

Existencia y localización de originales

Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"

Transcripción

TEATRO DE LA GUERRA



Campamento Tuyu-Cué
Enero 27 de 1868.

(De nuestro corresponsal.)

Estoy convenciendome de que Manfredo blas-
femaba al decir: “Crees tú que la existencia
depende del tiempo? Las acciones, he ahí nues-
tras épocas”. Efectivamente por mas que quie-
ro computar en veinte y cuatro horas estos dias
ociosos y monótonos de Tuyu-Cué ellos me pe-
san como semanas. No hay remedio pues, es
necesario refujiarse en la fé del cazador de
guanacos y esclamar: Paciencia, siempre pa-
ciencia, ya vendran dias mejores!
Hecho este desahogo por via de introduccion,
pasemos en revista los dos dias que han trascur-
rido desde que cellé mi carta anterior.
Se han cambiado varias balas de cañon y de
fusil con el éxito mas feliz.
Hablo cristianamente, no como soldado. En
este momento que son las once de la noche oigo
tiros en varias direcciones; pero como la
luna nueva recató temprano su disco de oro,
brillando apenas una claridad estelar, por entre
nubes parduscas y tempestuosas, seguiran las
detonaciones y no correrá mucha sangre que
digamos. Es general ente la historia de las
noches húmedas y oscuras. La imajinacion del
vijilante centinela, sobrecitada por la idea del
peligro, confunden los vapores acuosos que se

desprenden de la tierra con sombras ¿humanas?
que suben y bajan, se acercan y se retiran, vie-
nen y van sin dejar rastro alguno. Hasta los
viejos veteranos, cuya sangre fria nada pertur-
ba, pagan en estas noches eternas su tributo a la
fantasia disparando su fusil sobre un enemigo
imaginario. A veces, calculando que la hora de
su faccion se ha alargado, hacen fuego por un
ardid de guerra para que acuda el cabo con el
relevo y retirarse cuanto antes al fogon de la
guardia á conversar ó dormir.
El Marqués de Caxias no se ha movido aun
de Tuyu-Cué para la escuadra. Hay sin em-
bargo, quienes pretenden que Humaitá está en
capilla. Conozco una apuesta hecha en estos tér-
minos. Del 28 del corriente al 4 de Marzo la
1.a gran division naval intentará forzar el paso.
Dios lo quiera! Deseo con toda mi alma que la
marina brasilera se cubra de gloria.
Otros, que se dicen bien informados, aseguran
que la escuadra se mantendrá como hasta aqui,
creyendo que no debe ser sacrificada á una ope-
ración dudosa, despues de las injentes sumas
gastadas en formarla. Y, como comprobante de
lo que saben lo que aseguran, dicen, que se han
pedido al Brasil lanchas á vapor para conducir-
las desarmadas por tierra á Tayi, donde serán
armadas y artilladas. Es un arbitrio lento, pero
preferible á que la 1.a gran division naval
se pudra en su fondeadero apesar de sus corazas,
y que simplificaria el problema considerable-
mente porque el dia que tuviesemos en el rio
Paraguay dos ó tres lanchas a vapor, capaces
de remoldar un par de chatas cada una la situa-
cion del enemigo seria desesperante. En efecto,
estas lanchas dominando el rio hasta donde Lo-
pez no tenga cañones, lo obligarian á cruzarlo
muy arriba haciendo penosisimo el trasporte de
ganados y pertrechos por el Chaco. Deseo tam-
bien que este proyecto se realice.
Y ¿ya? de proyectos. Desde que se anunció que
el General Mitre debia bajar á Buenos Aires
reina mucha actividad en los consejos de los alia-
dos.
Se dice que vamos á cambiar de base de ope-
raciones abandonando Itapirú por Itatí. Una
concepcion de esta naturaleza merece ser estu-
diada despacio, porque debe estar basada en
razones de gran peso. Procuraré ponerme al
cabo de ellas antes de emitir mi humilde opi-
nion sobre ella. Mentrastanto, vayan echando
sus calculos los que se afincan en Itapirú, por
decirlo asi, haciendo allí enormes depositos.
La noticia trasmitida por el General Argollo,
de que hablé en mi carta anterior, dando lugar
á comentarios infinitos, ha hecho correr la voz
de que Lopez se ha retirado de estas líneas.
Tanto se ha hablado del despotismo del Para-
guay, de la barbarie de Lopez y de lo contentos
y felices que viven los paraguayos bajo su pa-
teru administracion, que parece escusado abun-
dar en pruebas.

Acabo, no obstante de saber una cosa que
ignoraba, y pareciéndome digno de hacerla co-
nocer, incluyo el autógrafo siguiente venido á
mis manos como uno de tantos papeles curiosos
hallados en los merodeos de la caballeria.
El revelará al mundo en dos palabras elocuen-
tes lo que es el Paraguay bajo la dictadura de Lo-
pez, diciéndole que es el único pueblo que pasa
por sivilizado dende la ley manda AZOTAR Á MU-
JERES.
¡Viva la República del Paraguay!
No puedo menos de dirigirme á Vd. comu-
nicándole que dos muchachas llamadas Feli-
ciana Gauna y Juanita Martinez, la primera
hija de D. Ramona Gauna, vecina de esta, y
la otra sobreina de D. Santa Martinez y vecina
de la villa del Pilar, ambas residentes en ese
campo de su cargo, que ayer dia habian venido
á estos lugares en busca de necesidades, y que
desgraciadamente le habian pillado en la ca-
¿nuera? de una vecina vecina llamada Maria de la Nieve
Rojas, de donde se me le ha conducido por el ze-
lador del partido, para yo poder proceder con
ellas de justicia, con arreglo á los prejuicios
que ha cometido, y despues de haber tomado
declamaciones de ambas muchacahas y de la
parte perjudicada, hallé que los perjuicios cau-
sados por las mencionadas muchachas, no han
sido tan notables; pero como habia una pena
para semejante caso, de pagar con el ¿duplo? el
daño causado, ó sino tuviese con que pagar, ser
castigado en azotes; segun prescribe el supremo
decreto de 30 de Noviembre de 1857, y en
justo cumplimiento de esta ¿supren? a disposicion
me he servido pedirlas ocho reales en defecto
del perjuicio causado, y otro tanto por el
duplo ordenado y para que la justicia por
mi nombrada pueda tener efecto con arreglo á
lo que le llevo indicado, me cabe el alto honor
de dirijirme á vd. suplicándole se sirva ordenar
á la vecina Doña Petrona Gauna para que el
dia lunes muy de mañana se me presente en
casa de mi morada para la dilijencia referida,
deseando al mismo tiempo me haga igual favor
de cobrar ocho reales de la mencionada doña
Santa Martinez por el daño que su sobrina ha
cometido, por ser ella no ¿es? de mi misma vecin-
dad, y cobrado que sean dichos reales hacerme
igual favor de entregar al dador de esta que
será don Pedro Ignacio Baez, para que me lo
traiga a su venida de esa.
Es todo cuanto deseo de la benignidad de vd.
Dios guarde a vd muchos años.
Curupaiti, Enero 12 de 1866.
Vicente Benitez
Al Sr. Gefe de Policia del Paso de la Patria.
Por Tuyutí hemos tenido cuatro pasados de
Humaitá. Habiendo tenido que emplear mu-
chos dias en llegar parecen esqueletos. Dicen
que vienen huyendo del trabajo y del hambre.
Si mienten, su fachas cortilajinosas los desmien-
ten.
Ha llovido, y el cambio de temperatura ha
hecho variar el termómetro en pocas horas de
38 grados á 17.
Son las 12 de la noche y han cesado los tiros.
Tourlourou.

————

Campamento Tuyu-Cué, Enero 29 de 1868.
Parece indudable que el personaje que estu-
vo en Laureles dias pasados era Lopez, á juzgar
por el traje que vestia; iba todo de blanco con
sombrero de paja y un látigo en la mano. De
Laureles el vapor cruzó el Chaco y el persona-
je y su comitiva desembarcaron en el paso Tim-
bó.
El cañon Withuwrth de Tayi pudo hacer fuego
sobre ello; pero queriendo ver bien las cosas y
de cerca, el general Argollo le impuso silencio,
mandando en una canoa un oficial á la punta de
la isla mas cercana para desde donde pudo ob-
servarse todo perfectamente mediante un anteo-
jo. Un hombre, vestido como dejo dicho, acom-
pañado de un numeroso séquito, de estatura re-
gular, grueso, que parecia objeto de profundo
respeto y marcadas atenciones, quien podia ser
sino Lopez? Qué fué á hacer á Laureles por el
rio? A qué pasó al Chaco? Se volvió embarcado
á Humaitá ó por tierra, ó siguió por el Tebicuarí?
He ahi las preguntas que cada cual se hace, y á
que nadie puede contestar.
Lo que yo creo no me atrevo á decirlo, aun-
que antes de ahora hé manifestado el temor de
que Lopez abandonára estas lineas, dejando en
ellas una guarnicion suficiente para defenderlas
y retirándose con el grueso de su ejército al
Norte del rio Tebicuarí, para resistir en el inte-
rior, bajo la seguridad, 1.° de que la escuadra
es impotente para luchar con Humaitá y 2.°
de que nosotros no asaltaremos sus trincheras
sino en un caso estremo.
Como lo vengo diciendo, desde que se anun-
ció que el general Mitre dejaba el mando de los
ejércitos aliados, nótase gran movimiento en el
cuartel general del marqués de Caxias.
Tenemos la prueba de ello en el viaje que el
marqués debe hacer á la escuadra para inspec-
cionar las posiciones enemigas y los medios de
ataque en sus propios ojos.
En una órden que obliga á todos los súbditos
brasileros, vivanderos, comerciantes, peones,
sean lo que sean, á redondear sus negocios en el
perentorio término de cuatro dias, hecho lo cual
deben enrolarse en el ejército ó tomar el por-
tante; sin que de esta disquisición esten escluidos
los mismos oficiales que han salido de baja hace
mas ó menos tiempo, y que no queriendo regre-
sar al Brasil se han puesto á comerciar.
En la remocion del general Argollo de Tayí a
Tuyutí por ausentarse definitivamente el baron
de Porto Alegre, debiendo aquel ser reempla-
zado por el general Victorino.
A propósito de esto, dicen en el ejército bra-
silero, que saliendo Argollo de Tayí no quedan
alli sino dos plagas, el cólera y los paraguayos.
El general Argollo no obstante por su valor y
su perseverancia tiene las cualidades de un ver-
dadero hombre de guerra. Ningun general bra-
silero, escepto Ossorio, se ha mostrado tan hom-
bre como él en esta guerra. Es frio en los peli-
gros, duro para las fatigas, firme en el mando
y tan tenaz que se cuenta de él esta anécdota
característica.
Dr… ve V. qué tiene ese hombre.
Gener…. está muerto…. del cólera.
Quien sabe, dele V. algo.
Es inútil general.
Dele V. sin embargo.
Está bien….
Otra dosis.
Para qué.
Dele Vd., dele Vd.
Muy bien….
Suspira?
General, he dicho que estaba muerto.
Hombre, dele V. otra dosis quizá….
No lo creo….
Ya respira?
Repito que está muerto, helado para siempre
general….
Vamos, dijo Argollo, y sacando de su bolsi-
llo un botiquin homeopático, todavía tentó resu-
citar al muerto con algunos globulillos.
Asi pues si segun algunos Brasileros Tayi
gana con la traslacion de Argollo á Tuyutí no
piere gran cosa con que se vaya a Porto Alegre á
descansar de sus fatigas. Nadie le disputará
que es un valiente; pero la historia no hablará
de su pericia. Argollo al menos á pesar de sus
globulillos homeopáticos, de sus escentricidades
varoniles no dejará quietos á los paraguayos, á
los pocos que existen en quellas lineas, ni des-
cubierto durante la noche la mitad del camino
de allí á Tuyu-Cué.
Hoy hé sabido con gran sorpresa que los bra-
sileros habian abandonado el potrero Obella,
poco despues de la ocupacion de Tuyí, conten-
tándose con obstruir la pica la que era su salida
y con tener esteriormente un rejimiento de ca-
ballería en observacion. El resultado es que el
enemigo ha abierto una nueva picada, que se
halla en posesion del potrero, y que si no se
toman prontas y oportunas diposiciones no será
dificil que antes de poco veamos momentanea-
mente cortada la línea de comunicacion con Ta-
yí y quien sabe que mas. Esperemos.
Personas que están en contacto con varios
personajes del ejército brasilero cuentan como
cierto, que el con D’Eu, ha querido que se le
diera el mando del ejército, en lugar de Ca-
xias; que con este motivo tuvo lugar una reu-
nion del consejo imperial, cuyo resultado fué ne-
garse a la pretencion del conde, dando como ra-
zon de razones, la susceptibilidad de las Repú-
blicas del Plata, que podrían alarmarse creyen-
do ver en el nuevo candidato para el mando en
gefe del ejército de S. M. un pretendiente á la
futura monarquía del Paraguay.
Insisten las personas de que hablé en mi últi-
ma en que antes del 4 de Febrero, la escuadra
intentará algo formal sobre Humaitá. Pero otros
que parecen saber donde les aprieta el zapato
dicen que en Abril recien se hablará de eso.
Como se vé, reina gran movimiento y se toman
serias disposiciones desde que se ausentó el ge-
neral Mitre. Está visto Mitre era un obstáculo á
los vastos proyectos del marqués de Caxias. En
el estamos esperanzados.
Mientras tanto, querrá no olvidar la Repúbli-
ca Argentina que estamos peleando por el honor
de su bandera, por la honra de sus matronas
violadas, por la sangre de nuestros bravos cama-
radas sacrificados.
No lo espera el valioso y paciente ejército
del Paraguay. Espera al contrario que con la
presencia del Presidente Mitre en el Gobierno
pronto serán engrosadas nuestras filas.
El tiempo sigue fresco. El estado sanitario
sin alteracion sencible.
Hoy hemos cambiado algunas bombas con
el enemigo. El calibre y forma de una de
ellas parece revelar que el cañon de acero
que perdimos en Tuyuty se vuelve contra
nosotros.
Siguen las diabluras paraguayas; los bom-
beros que durante la noche avanzan sobre nues-
tros centinelas ya no les hacen fuego, ni les
arrojan flechas, ahora usan el bodoque. Es una
piedra esférica amasada con un barro colorado,
que se arroja mediante un arco de dos cuer-
das, que tienen en el medio una redondela
de cuero.
Son las dos de la mañana. No hay novedad.
Tourlourou.

Fecha válida

1868-02-03