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"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué"

Item

Código de referencia

AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº000

Fechas

13 y 14-01-1868

Título/Asunto

"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué"

Nombre de publicación/Lugar

La Tribuna - Buenos Aires

Alcance y Contenido

Artículo publicado en La Tribuna el 13 y 14 de enero de 1868, nro. 4184, p. 2, columna 6. Sección: “Teatro de la guerra”. Con fecha del 8 de enero y la firma de Tourlourou (seudónimo). Resume la información brindada por nuevos desertores paraguayos. Calcula que todavía resta un año para el fin del conflicto bélico. Cañonazos sobre posiciones aliadas durante todo el día de reyes. La mañana del 8, brasileños y paraguayos intercambiaron fuego con sus cañones. El “comandante Mansilla” se vio involucrado en una incursión nocturna de soldados paraguayos. Nuevos casos de cólera. Pesar en las tropas por la muerte del vicepresidente Marcos Paz.

Idioma

Español

Firma /Seudónimo

Tourlourou (Seudónimo de Lucio V. Mansilla)

Nivel de descripción

UD Simple

Volumen y Soporte

1 ejemplar - Digital

Tipología documental

Artículo

Nombre del creador

PIP Mansilla

Nota de investigación

El episodio relatado en esta columna podría ser la base de la anécdota contada en las causeries “La emboscada” y “La mina”, publicadas en Sud-América, 17 y 24 de enero de 1889. SC.

Existencia y localización de originales

Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"

Transcripción

Campamento Tuyu-Cué
También esta semana ha sido fecunda en pasados y poca cruenta.
Los pasados, confirmando lo que ya sabíamos sobre ocupación e Chaco y formación de un campo atrincherado en el Tebicuary, no dejan duda de que el enemigo ha debilitado la guarnición de sus líneas al reconcentrarlas, disponiéndose a disputarnos el dominio de la margen izquierda del río Paraguay, y a repeler todo tentativa para cortarles su nueva línea de comunicación.
Algunos de estos pasados, conceptúan muy reducido el número de fuerzas que guarnece el nuevo cuadrilátero.
Sea de esto lo que fuere, ratifico las opiniones vertidas en mi carta anterior, pues, como ya lo he dicho la fuerza del enemigo no consiste precisamente en el número de combatientes de que dispone, sino en las posiciones que ocupa y demás circunstancias de que he hablado antes de ahora, queriendo demostrar que si la escuadra robustecida por la agregación de seis monitores, forzando el paso de Humaitá, no domina el rio Paraguay, conviene convencerse de que tenemos guerra _quizá para un año_.
Ciertamente que después de treinta meses de campaña, no será muy agradable para los pueblos que con su sangre y sus tesoros alimentan a los ejércitos aliados, la perspectiva de un año mas de guerra, Pero vale mas prepararse a nuevos sacrificios, que estarlos consumando, siempre con la idea de que la lucha toca a su fin, porque en pos de las ilusiones viene las decepciones y en pos de las decepciones el desaliento.
El día de Pascua de Reyes, hemos estado como unas pascuas. López se levantó esa mañana de buen humor, y tanto se había repetido que estaba escaso de pólvora, de fierro para fundir balas; que en estas líneas no había dejado sino artillería ligera, que quiso probarnos lo contrario. En efecto, serían las cinco de la mañana cuando rompió el fuego y todo el día estivo mandándonos bombas, de a ocho, del reducto, destacado del ángulo y de a treinta y dos Withworth de las baterías frente al Espinillo. Estábamos tan acostumbrados a no oír tronar el cañón por este lado, que la humorada no dejó de producir alguna sensación. ¡Pero luego que vimos que el bombardeo surtía el mismo efecto de los que nos hizo cuando recién ocupamos este campo, comprendimos que no habría porque alarmarse, y todo el día llovieron bombas sin que hayamos tenido que lamentar, parece increíble! La menor desgracia.
El reducto del ángulo hizo fuego sobre las avanzadas; y las baterías del Espinillo sobre la línea recorriéndola de derecha a izquierda, pero apuntando con más frecuencia al cuartel general y estado mayor, puntos culminantes, el primero por su hermoso naranjal, y el segundo, por su descomunal mangrullo.
Parecerá exageración decir, que el día de Pascua de Reyes, el ejército almorzó saludado por el enemigo y bajo el estruendo de sus bombas, que reventaban sobre nuestras cabezas, y sin embargo así fue, y que remedio quedaba!
No hay batallón, me parece, que no haya recogido algún casco o alguna bomba, y hasta los vivanderos tuvieron su lote.
El General el jefe, recibió dos enormes cascos en su carpa, al lado mismos donde tiene costumbre de sentarse, en ese momento acababa de sentarse a escribir. El General Hornos, tuvo su rancho taladrado, y para que se vea lo que es el destino de las criaturas humanas, un oficial del Estado Mayor que dormía la siesta, despertado por una bomba que reventó sobre su cabeza, sano e ileso a esta hora, lamenta la muerte de su fiel compañero _un perro_, que haciéndose coro roncaba bajo su catre de Crimea.
El día siete, el enemigo solo disparó un cañonazo sobre el Regimiento Lavalle, cuando éste se retiraba de la descubierta.
Hoy a las cinco de la mañana no queriendo ser menos que López, los brasileros rompieron el fuego sobre las baterías del paso Espinillo suspendiéndolo a eso de medio día, y en este momento, que son las cinco de la tarde, las bombas Witworth brasileras se cruzan con las Witworth paraguayas. Es una diversión como cualquier otra, pues siendo las punterías paraguayas; no quiero decir mejores, tan buenas como las brasileras me parece prudente calcular las pérdidas del enemigo por las nuestras, con esta diferencia sin embargo, que la línea enemiga está llena de espaldones uy en la nuestra no hay uno solo.
Veremos cuánto dura este entretenimiento, y digo entretenimiento porque si no avanzamos baterías para contrabatir los cañones enemigos y desmontarlos, lo demás es como se dice vulgarmente gastar pólvora en chimangos.
Corre que han llegado a Curuzú dos monitores más. Esta mañana se sintió fuego de cañón bastante vivo en Curupaity.
Noches pasadas el enemigo hizo una de las suyas arrebatándonos un cabo del 12 de línea, y haciendo una escapada el comandante Mansilla.
Eran las dos de la mañana. Recorría este a caballo seguido de un asistente, una línea de centinelas que vigila el estero Rojo, situado al flanco izquierdo del ejército. Hacía un momento que los centinelas habían sido relevadas y el comandante regresaba. A la altura del tercer centinela habló con el cabo, y no había llegado al último, cuando junto con un tiro oyó los gritos desesperados del cabo que defendiéndose pedía protección. Los centinelas replegándose a derecha e izquierda, acudieron hacia donde salían los gritos, lo mismo hizo un piquete del 2 de línea, cuyo batallón se hallaba de avanzada; pero fue inútil, la oscuridad de la noche que era tenebrosa favoreció la empresa del enemigo, realizada por tres o cuatro hombres baqueanos y resueltos a lo sumo, razón por la cual en lugar del comandante prefirieron al cabo de cuarto. En el sitio donde fue arrebatado este, que era el intervalo entre dos centinelas, distante, una de otra, ochenta pasos, se halló su kepi, unas boleadoras paraguayas y un sombrero negro de castor, viejo y sucio.
Este incidente, obra de segundos, pues ni el mismo comandante que estaba a caballo pudo proteger al cabo, rodeado a principio de una serie de circunstancias casuales, obras todas de imaginación, porque también este rudo material oficio de las armas tienen su mundo ideal, tuvo a los dos días su explicación. El enemigo, pudo venir por nuestra espalda, pero se retiró cruzando el estero. Al otro lado de este se hallaron los zapatos del cabo y esta prueba es concluyente aun que ni él, ni los que lo arrebataron, dejaron rastros perceptibles de este otro lado.
Después de las últimas lluvias, hemos tenido un sol menos abrasador.
El estado sanitario, así, así.
Ha habido nuevos casos de cólera en personas notables.
Murió de un ataque fulminante el subteniente d. Facundo Carreras del Regimiento Rosario.
El Dr. Bedoya, tuvo también un fuerte ataque, que por momentos hizo dudas de su vida. Pero a la hora de esta, me traen la noticia de que está fuera de peligro ya.
La noticia de la muerte del Vice-Presidente de la República, ha producido en el ejército una profunda sensación, por los respetos debidos al magistrado, y sobre todo, por la presunción de que el General Mitre tendrá que delegar el mando del ejército en el marqués de Caxias, teniendo que acudir a la capital.
En la orden general de esta fecha se le anuncia al ejército, que en lo sucesivo tendremos tres correos por semana, los lunes miércoles y viernes.
Son las 11 de la noche y no hay novedad.

Fecha válida

1868-01-13