"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué. (De nuestro corresponsal)"
Item
Código de referencia
AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº000
Fechas
14-11-1867
Título/Asunto
"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué. (De nuestro corresponsal)"
Nombre de publicación/Lugar
La Tribuna - Buenos Aires
Alcance y Contenido
Artículo publicado en La Tribuna el 14 de noviembre de 1867, nro. 4135, p. 2, columna 1. Sección: “Teatro de la guerra”. Con fecha del 7 de noviembre y la firma de Tourlourou (seudónimo). Narra las alternativas de los últimos enfrentamientos: ataque del enemigo sobre Tuyutí. Cifras aproximadas de muertos, heridos y prisioneros por cada bando. Responsabiliza al barón de Porto Alegre por el ataque sorpresa paraguayo, puesto que falló la vigilancia que montaron sus hombres. Por tierra y agua, el enemigo parece hallarse rodeado. Lanza un pronóstico pesimista para el Paraguay: una vez vencido Solano López, los aliados hallaran un país aniquilado.
Idioma
Español
Firma /Seudónimo
Tourlourou (Seudónimo de Lucio V. Mansilla)
Nivel de descripción
UD Simple
Volumen y Soporte
1 ejemplar - Digital
Tipología documental
Artículo
Nombre del creador
PIP Mansilla
Nota de investigación
Existencia y localización de originales
Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"
Transcripción
No he podido ir a Tuyutí, pero es lo mismo, tengo datos positivos sobre el hecho de armas del día 3.
Las fuerzas enemigas que atacaron aquel campo atrincherado sorprendiéndolo fueron:
15 batallones 6000
5 regimientos a pie y a caballo 2000
1 escuadrón de artillería 150
8150
Estas fuerzas, divididas en cuatro columnas de ataque, bajo las órdenes del general Barrios se emboscaron en la noche del 2 en el monte de Yatayty-Corá y en la madrugada del 3 penetraron en nuestras líneas por cuatro puntos distintos.
Una columna atacó el punto conocido pro naranjal del coronel Rivas.
Otra, por el punto conocido por reducto de 12 de línea (1).
La tercera, por un reducto nuevo establecido a la derecha de este último, y en el que los brasileros habían colocado un poderoso cañón de a 32 sistema Witworth, con el que diariamente incomodaban a la caballería enemiga, que ocupa el campo intermedio entre Tuyutí, la izquierda de nuestra línea de Tuyu-Cué y el gran ángulo saliente de la línea enemiga.
La cuarta, por el palmar adyacente al punto conocido por reducto de los correntinos.
Mientras estas columnas atacaban por los puntos indicados, el enemigo llamaba la atención con fuertes guerrillas por el lado de la laguna Piris, haciendo creer en la posibilidad de un ataque formal por ese costado, -lo que no permitía una reconcentración completa de las fuerzas brasileras sobre el costado atacado.
De las cuatro columnas susodichas las que más daño causó fue la primera, pues, penetró sin ser sentida, sorprendiendo la guardia avanzada que se componía de un piquete de la legión paraguaya, habiendo motivo de creer, que el oficial que la mandaba y que murió estaba de acuerdo con el enemigo, cuyos vaqueanos, según se dice, eran un sargento paraguayo prisionero de Uruguayana, que pertenecía al Ejército Oriental y un brasilero.
El ataque fue tan rápido e inesperado por este punto, que nuestra artillería no pudo hacer sino dos disparos a pesar de las grandes pruebas de valor y serenidad que dieron el Comandante Mitre, el Comandante Maldones y el Mayor Johnson y los oficiales que a sus órdenes estaban.
Las otras 3 columnas sentidas y rechazadas momentáneamente no pudieron posesionarse de los reductos y avanzar paralelamente con la primera, sino tarde ya y cuando lo hicieron el tiempo que habían perdido y el aliciente de un campamento rico, de la Comisaría, Estado Mayor, Cuartel General y negocios las había hecho desbandarse, desbandándose a su vez por lo repentino del ataque 4 batallones brasileros que fueron a parar a Itapirú, llevando, como era natural, junto con los vivanderos, que huían despavoridos, un pánico espantoso, a punto que en Itapirú el pasaje a Corrientes en un bote llegó a valer 100 _libras esterlinas_, lo que hará que el día 3 de Noviembre sea el más memorable de esta guerra para los _buehichas_ que pulan en aquel puero.
El enemigo organizado por un lado y deshecho por otro avanzó quemando y saqueando hasta el estero Bellaco, cortando nuestro telégrafo, mientras que los que se habían apoderado de los reductos indicados trataban de llevarse su artillería, cumpliendo con las órdenes que traían que eran_ que cada batallón tomase una pieza.
La caballería brasilera acantonada del otro lado del estero Bellaco, y que, por causas que ignoro tardó en moverse, se movió cuando el enemigo estaba desbandado, y como su movimiento coincidió con la llegada de la caballería argentina bajo las órdenes del General Hornos, tan oportunamente destacada, dejó a la imaginación de cada cual suponer que matanza no harían en aquellos pobres paraguayos, que al mismo tiempo que la caballería los sableaba y lanceaba recibían a boca de jarro el fuego de metralla de la ciudadela, en la que seis batallones brasileros se defendían como bizarría.
Hay escenas que ni la misma exageración da una prueba de ellas.
Quisiera tener la sencilla y pintoresca pluma de César o el pincel de Horacio Vernet para describir aquella carnicería que ha estremecido a actores y espectadores.
Imaginaos 3 o 4 mil hombres famélicos y sedientos, cargados de cuantos habían podido meter dentro de su barriga y en el seno, beodos, devorados por las mismas llamas encendidas por ellos, amontonados, apiñados, estrujándose unos contra otros, metrallados, bayoneteados, lanceados, sableados, hasta chicoteados, rodeados en todas direcciones y tendréis la sombra de la imagen de este día verdaderamente de sangre!
Se han distinguido en esta jornada por su valor personal el Barón de Porto Alegre, el general Hornos, (2) el coronel Orzabal, el coronel Ocampo que con un puñado de correntinos le disputó el terreno palmo a palmo al enemigo, los comandantes Cañete, Älvarez y Romero, (3) los capitanes Undabarrena, Timote y algunos otros cuyos nombres no recuerdo, y hechas las cuentas resulta que las pérdidas de una y otra parte son:
Argentinos muertos, heridos y prisioneros, 250.
Brasileros idem idem…………………………………800.
Artillería volante argentina perdida, 8 piezas.
Id brasilera de sitio 1 cañon de 32 Witworth.
Algunas carretas con vestuario argentinas, mulas, bueyes y algunos caballos brasileros y argentinos.
Por su parte, el enemigo ha dejado en los puntos donde hasta la fecha han alcanzado las inhumaciones 2000 _muertos_ 1600 armas de toda clase mas de 300 caballos ensillados -y como 100 prisioneros; habiendo entre los 2000 muertos 66 oficiales.
Calculando por bajo cómputo en 2000 los heridos que habría tenido. La columna que se retiró del campo de batalla, que López revistó al día siguiente frente al descampado de Paso Pucú, repartiéndole algunos vestuarios, ceremonia que se vio perfectamente bien con el telescopio, exagerando su número no podía tener arriba de 3000 y pico de hombres.
Según declaraciones de los prisioneros, entre los que hay algunos oficiales, la columna que atacó el campo de Tuyuty se componía de tropas sacadas en su mayor parte de Curupaity y de un Batallón de Humitá, habiendo quedada guarnecidas las líneas atrincheradas; lo que hace suponer, que el número de fuerzas enemigas era mayor de lo que calculé en el mes de septiembre.
En presencia de estos datos, cuya veracidad supongo no será puesta en duda, resultan que el enemigo ha sido severamente castigado el día 3, y que nuestro triunfo sólo puede ser eclipsado por la artillería que hemos perdido-y el jefe y el oficial que ha caído prisioneros, debido a la sorpresa.
Cualquiera que sea el valor del barón de Porto Alegre pesa sobre el como jefe del campo atrincherado de Tuyutí-la responsabilidad de dicha sorpresa, pues, ella prueba que el servicio de vigilancia no se hacía como era debido, y pesa tanto mas cuanto que la pieza de 32 brasilera, que hemos perdido, no se la llevó el enemigo el mismo día 3. Consiguió arrastrarla hasta un estero a medio tiro de cañón de nuestra línea, durante la noche hizo una diversión y bajo el fuego de ella consiguió lo que durante el día no había conseguido el señor Baron. Él trabajó con bueyes y la pieza se quedó donde estaba; López hizo trabajar a sus paraguayos como bestias durante la noche y dejando la cureña se llevó el cañón, cuya recámara de tornillo no se tuvo ni siquiera la precaución de sacar para inutilizarlo. Quiere decir que dentro de pocos días López nos saludará con el mismo mismísimo cañón con que nosotros lo hemos estado fastidiando estos últimos días. Felizmente es una pieza muy fina, que no tardará en inutilizársele, por no conocer su secreto, que no revelo por precaución.
Decididamente el Comandante en Jefe del campo atrincherado de Tuyutí no tiene muy presente que digamos las máximas de Napoleón -Es muy bravo, nadie se lo niega; pero él no se pregunta tres veces al día y tres veces durante la noche: cómo y por donde podrá atácame el enemigo.
Una noticia importante.
La escuadra está donde estaba; pero el enemigo está ya sitiado por tierra organizado una escuadrilla de botes y canoas en el paso de Tayí.
La circunvalación de las líneas de tierra está terminada,
En Tayí están inespugnablemente atrincherados 6000 hombres, y con tanta confianza que en general Menna Barreto que los manda se considera suficientemente fuerte para resistirle a todo el ejército de López.
Están tomados todos los boquetes y picadas del bosque al Norte del río Hondo y entre Tayí y el puente, hay escalonados 5.000 hombres de caballería e infantería.
En Tayí hay 12 piezas; de suerte que los vapores de López que están abajo no pueden subir y los que están arriba no pueden bajar. Dos de estos últimos que lo intentaron ayer tuvieron que virar de bordo. El río es aquí muy angosto y como ya lo de dicho nuestra escuadrilla sutil no permite que suban ni bajen canoas al favor de la noche.
López no tiene, pues, más comunicación que el Chaco, estando cortado el telégrafo entre Humaitá y la Villa del Pilar. Uno que otro hombre resuelto y bien montado podría salir entre Tayí y el Paso Hondo; pero exponiéndose a caer en nuestro poder,
Hemos sacado alguna artillería de los vapores echados a pique en Tayí, tomando papeles importantes que revean a todas luces los escasos recursos que le quedan al enemigo; las violencias y barbaridades de todo género que ha tenido que perpetrar para prolongas su existencia.
El aniquilamiento el país es completo. Vencido López buscaremos el pueblo paraguayo y hallaremos un cadáver. La situación del enemigo a la hora de esta no puede ser más crítica. Sólo podría salvarlo un golpe de mano acompañado de un esfuerzo supremo para conmover nuestra base de operaciones, volviendo a atacar a Tuyuty, o un ataque por nuestra derecha, por el lado de San Solano para cortarnos de Tayí, obligándonos a una reconcentración sobre Tuyuty.
Todas las familias del Pilar han sido reconcentradas a la Villeta.
De Tayí hay la intención de lanzar torpedos sobre la escuadrilla de López, no obstante que pueden errar su destinación y reventar sobre la 1.° gran división naval, que, con los portalones cerrados y blindados realizó _o fatto mais glorioso_ e esta guerra y aunque haciéndole la justicia debida debo repetir lo que dicen los pasados,-que la noticia del pasaje de Curupaity produjo gran sensación en el ejército enemigo y en todo el país.
Tuyuti ha sido reforzado con un batallón de Tuyu-Cué y con 600 hombres que llegaron ayer de Brasil.
El estado sanitario del ejército aliado es satisfactorio.
Hace dos días que se observan grandes humaredas en la línea enemiga.
Hasta esta hora que son las 4 p.m. no ha llegado el correo.
(1) El 12 de línea no estaba allí sino en Tuyu Cué.
(2) Hoy brigadier hecho en el campo de batalla.
(3) Hecho comandante en el campo de batalla.
Las fuerzas enemigas que atacaron aquel campo atrincherado sorprendiéndolo fueron:
15 batallones 6000
5 regimientos a pie y a caballo 2000
1 escuadrón de artillería 150
8150
Estas fuerzas, divididas en cuatro columnas de ataque, bajo las órdenes del general Barrios se emboscaron en la noche del 2 en el monte de Yatayty-Corá y en la madrugada del 3 penetraron en nuestras líneas por cuatro puntos distintos.
Una columna atacó el punto conocido pro naranjal del coronel Rivas.
Otra, por el punto conocido por reducto de 12 de línea (1).
La tercera, por un reducto nuevo establecido a la derecha de este último, y en el que los brasileros habían colocado un poderoso cañón de a 32 sistema Witworth, con el que diariamente incomodaban a la caballería enemiga, que ocupa el campo intermedio entre Tuyutí, la izquierda de nuestra línea de Tuyu-Cué y el gran ángulo saliente de la línea enemiga.
La cuarta, por el palmar adyacente al punto conocido por reducto de los correntinos.
Mientras estas columnas atacaban por los puntos indicados, el enemigo llamaba la atención con fuertes guerrillas por el lado de la laguna Piris, haciendo creer en la posibilidad de un ataque formal por ese costado, -lo que no permitía una reconcentración completa de las fuerzas brasileras sobre el costado atacado.
De las cuatro columnas susodichas las que más daño causó fue la primera, pues, penetró sin ser sentida, sorprendiendo la guardia avanzada que se componía de un piquete de la legión paraguaya, habiendo motivo de creer, que el oficial que la mandaba y que murió estaba de acuerdo con el enemigo, cuyos vaqueanos, según se dice, eran un sargento paraguayo prisionero de Uruguayana, que pertenecía al Ejército Oriental y un brasilero.
El ataque fue tan rápido e inesperado por este punto, que nuestra artillería no pudo hacer sino dos disparos a pesar de las grandes pruebas de valor y serenidad que dieron el Comandante Mitre, el Comandante Maldones y el Mayor Johnson y los oficiales que a sus órdenes estaban.
Las otras 3 columnas sentidas y rechazadas momentáneamente no pudieron posesionarse de los reductos y avanzar paralelamente con la primera, sino tarde ya y cuando lo hicieron el tiempo que habían perdido y el aliciente de un campamento rico, de la Comisaría, Estado Mayor, Cuartel General y negocios las había hecho desbandarse, desbandándose a su vez por lo repentino del ataque 4 batallones brasileros que fueron a parar a Itapirú, llevando, como era natural, junto con los vivanderos, que huían despavoridos, un pánico espantoso, a punto que en Itapirú el pasaje a Corrientes en un bote llegó a valer 100 _libras esterlinas_, lo que hará que el día 3 de Noviembre sea el más memorable de esta guerra para los _buehichas_ que pulan en aquel puero.
El enemigo organizado por un lado y deshecho por otro avanzó quemando y saqueando hasta el estero Bellaco, cortando nuestro telégrafo, mientras que los que se habían apoderado de los reductos indicados trataban de llevarse su artillería, cumpliendo con las órdenes que traían que eran_ que cada batallón tomase una pieza.
La caballería brasilera acantonada del otro lado del estero Bellaco, y que, por causas que ignoro tardó en moverse, se movió cuando el enemigo estaba desbandado, y como su movimiento coincidió con la llegada de la caballería argentina bajo las órdenes del General Hornos, tan oportunamente destacada, dejó a la imaginación de cada cual suponer que matanza no harían en aquellos pobres paraguayos, que al mismo tiempo que la caballería los sableaba y lanceaba recibían a boca de jarro el fuego de metralla de la ciudadela, en la que seis batallones brasileros se defendían como bizarría.
Hay escenas que ni la misma exageración da una prueba de ellas.
Quisiera tener la sencilla y pintoresca pluma de César o el pincel de Horacio Vernet para describir aquella carnicería que ha estremecido a actores y espectadores.
Imaginaos 3 o 4 mil hombres famélicos y sedientos, cargados de cuantos habían podido meter dentro de su barriga y en el seno, beodos, devorados por las mismas llamas encendidas por ellos, amontonados, apiñados, estrujándose unos contra otros, metrallados, bayoneteados, lanceados, sableados, hasta chicoteados, rodeados en todas direcciones y tendréis la sombra de la imagen de este día verdaderamente de sangre!
Se han distinguido en esta jornada por su valor personal el Barón de Porto Alegre, el general Hornos, (2) el coronel Orzabal, el coronel Ocampo que con un puñado de correntinos le disputó el terreno palmo a palmo al enemigo, los comandantes Cañete, Älvarez y Romero, (3) los capitanes Undabarrena, Timote y algunos otros cuyos nombres no recuerdo, y hechas las cuentas resulta que las pérdidas de una y otra parte son:
Argentinos muertos, heridos y prisioneros, 250.
Brasileros idem idem…………………………………800.
Artillería volante argentina perdida, 8 piezas.
Id brasilera de sitio 1 cañon de 32 Witworth.
Algunas carretas con vestuario argentinas, mulas, bueyes y algunos caballos brasileros y argentinos.
Por su parte, el enemigo ha dejado en los puntos donde hasta la fecha han alcanzado las inhumaciones 2000 _muertos_ 1600 armas de toda clase mas de 300 caballos ensillados -y como 100 prisioneros; habiendo entre los 2000 muertos 66 oficiales.
Calculando por bajo cómputo en 2000 los heridos que habría tenido. La columna que se retiró del campo de batalla, que López revistó al día siguiente frente al descampado de Paso Pucú, repartiéndole algunos vestuarios, ceremonia que se vio perfectamente bien con el telescopio, exagerando su número no podía tener arriba de 3000 y pico de hombres.
Según declaraciones de los prisioneros, entre los que hay algunos oficiales, la columna que atacó el campo de Tuyuty se componía de tropas sacadas en su mayor parte de Curupaity y de un Batallón de Humitá, habiendo quedada guarnecidas las líneas atrincheradas; lo que hace suponer, que el número de fuerzas enemigas era mayor de lo que calculé en el mes de septiembre.
En presencia de estos datos, cuya veracidad supongo no será puesta en duda, resultan que el enemigo ha sido severamente castigado el día 3, y que nuestro triunfo sólo puede ser eclipsado por la artillería que hemos perdido-y el jefe y el oficial que ha caído prisioneros, debido a la sorpresa.
Cualquiera que sea el valor del barón de Porto Alegre pesa sobre el como jefe del campo atrincherado de Tuyutí-la responsabilidad de dicha sorpresa, pues, ella prueba que el servicio de vigilancia no se hacía como era debido, y pesa tanto mas cuanto que la pieza de 32 brasilera, que hemos perdido, no se la llevó el enemigo el mismo día 3. Consiguió arrastrarla hasta un estero a medio tiro de cañón de nuestra línea, durante la noche hizo una diversión y bajo el fuego de ella consiguió lo que durante el día no había conseguido el señor Baron. Él trabajó con bueyes y la pieza se quedó donde estaba; López hizo trabajar a sus paraguayos como bestias durante la noche y dejando la cureña se llevó el cañón, cuya recámara de tornillo no se tuvo ni siquiera la precaución de sacar para inutilizarlo. Quiere decir que dentro de pocos días López nos saludará con el mismo mismísimo cañón con que nosotros lo hemos estado fastidiando estos últimos días. Felizmente es una pieza muy fina, que no tardará en inutilizársele, por no conocer su secreto, que no revelo por precaución.
Decididamente el Comandante en Jefe del campo atrincherado de Tuyutí no tiene muy presente que digamos las máximas de Napoleón -Es muy bravo, nadie se lo niega; pero él no se pregunta tres veces al día y tres veces durante la noche: cómo y por donde podrá atácame el enemigo.
Una noticia importante.
La escuadra está donde estaba; pero el enemigo está ya sitiado por tierra organizado una escuadrilla de botes y canoas en el paso de Tayí.
La circunvalación de las líneas de tierra está terminada,
En Tayí están inespugnablemente atrincherados 6000 hombres, y con tanta confianza que en general Menna Barreto que los manda se considera suficientemente fuerte para resistirle a todo el ejército de López.
Están tomados todos los boquetes y picadas del bosque al Norte del río Hondo y entre Tayí y el puente, hay escalonados 5.000 hombres de caballería e infantería.
En Tayí hay 12 piezas; de suerte que los vapores de López que están abajo no pueden subir y los que están arriba no pueden bajar. Dos de estos últimos que lo intentaron ayer tuvieron que virar de bordo. El río es aquí muy angosto y como ya lo de dicho nuestra escuadrilla sutil no permite que suban ni bajen canoas al favor de la noche.
López no tiene, pues, más comunicación que el Chaco, estando cortado el telégrafo entre Humaitá y la Villa del Pilar. Uno que otro hombre resuelto y bien montado podría salir entre Tayí y el Paso Hondo; pero exponiéndose a caer en nuestro poder,
Hemos sacado alguna artillería de los vapores echados a pique en Tayí, tomando papeles importantes que revean a todas luces los escasos recursos que le quedan al enemigo; las violencias y barbaridades de todo género que ha tenido que perpetrar para prolongas su existencia.
El aniquilamiento el país es completo. Vencido López buscaremos el pueblo paraguayo y hallaremos un cadáver. La situación del enemigo a la hora de esta no puede ser más crítica. Sólo podría salvarlo un golpe de mano acompañado de un esfuerzo supremo para conmover nuestra base de operaciones, volviendo a atacar a Tuyuty, o un ataque por nuestra derecha, por el lado de San Solano para cortarnos de Tayí, obligándonos a una reconcentración sobre Tuyuty.
Todas las familias del Pilar han sido reconcentradas a la Villeta.
De Tayí hay la intención de lanzar torpedos sobre la escuadrilla de López, no obstante que pueden errar su destinación y reventar sobre la 1.° gran división naval, que, con los portalones cerrados y blindados realizó _o fatto mais glorioso_ e esta guerra y aunque haciéndole la justicia debida debo repetir lo que dicen los pasados,-que la noticia del pasaje de Curupaity produjo gran sensación en el ejército enemigo y en todo el país.
Tuyuti ha sido reforzado con un batallón de Tuyu-Cué y con 600 hombres que llegaron ayer de Brasil.
El estado sanitario del ejército aliado es satisfactorio.
Hace dos días que se observan grandes humaredas en la línea enemiga.
Hasta esta hora que son las 4 p.m. no ha llegado el correo.
(1) El 12 de línea no estaba allí sino en Tuyu Cué.
(2) Hoy brigadier hecho en el campo de batalla.
(3) Hecho comandante en el campo de batalla.
Fecha válida
1867-11-14
