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"Teatro de la guerra. [Campamento Tuyu-Cué]"

Item

Código de referencia

AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº000

Fechas

25-10-1867

Título/Asunto

"Teatro de la guerra. [Campamento Tuyu-Cué]"

Nombre de publicación/Lugar

La Tribuna - Buenos Aires

Alcance y Contenido

Artículo publicado en La Tribuna el 25 de octubre de 1867, nro. , p. 2, columna 3. Sección: “Teatro de la guerra”. Con fecha del 20 de octubre y la firma de Tourlourou (seudónimo). El cólera disminuye. Transcripción de un diálogo entre Mitre y un desertor paraguayo. Llegada del jefe del estado mayor brasileño. Rectificación de dos errores detectados en su envío fechado en el 26 de septiembre.

Idioma

Español

Firma /Seudónimo

Tourlourou (Seudónimo de Lucio V. Mansilla)

Nivel de descripción

UD Simple

Volumen y Soporte

1 ejemplar - Digital

Tipología documental

Artículo

Nombre del creador

PIP Mansilla

Nota de investigación

Existencia y localización de originales

Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"

Transcripción

Teatro de la guerra
La carta de nuestro corresponsal “Tourlourou” que damos en seguida de fecha 20, viene a garantizarnos la inexactitud de las noticias que transcribimos del _Nacional_ referente a una expedición sobre el paso Tayí.
Nada nuevo ocurria, sino la fausta nueva de que el colera desapareció.
Juzgue el lector.
Campamento Tuyu-Cué, Octubre 20 de 1867.
Nada de nuevo.
Tenemos un tiempo fresco y hermoso.
El cólera disminuyó sensiblemente aun que algunos médicos afirman que volverá cuando llegue el verano.
Ayer tuvimos un pasado.
Hubo entre él y el general en jefe un diálogo gracioso.
—Porqué se ha pasado V.d?
—De miedo que me fusilaran.
— Y porqué lo habrían de fusilar?
— Porque el sargento me dijo, que iba a _pastear_, que conversaba en contra.
—Y qué conversaba v.d. en contra?
—Que el fuego de cañón que nos hacían de Tuyutí, sobre las guardias de caballería, nos mataba gente.
— Nada más?
— Y ahora vamos a poner dos cañones allí _nosotros_y entonces van a quedar......
—Cómo?
—Fregados. [El término del paraguayo fué más cambrónico.]
—Pero donde van a poner los dos cañones?
—Allí pues _nosotros_.
—Cuáles nosotros?
—_Nosotros pues_ y el paraguayo miraba y señalaba a su alrededor, considerandose ya _aliado_ y explicaba en su media legua, que si nosotros poníamos otros dos cañones en el punto ese que él determinaba allí la caballería enemiga del lado de Tuyutí no iba a poder permanecer donde daba su servicio.
Este aliado, que sin mas que andar unas cuantas varas, se convirtió _en ellos en nosotros_ llegó con nuestro padre Adan, sin mas equipo que su piel y un sable.
Parece que cuando el sargento le dijo, voy a _pastaer_ fingió tener necesidad urgente de algo y que cuando estuvo a cierta distancia del campo de guardia, se echó al estero.
Las demás noticias que da no ofrecen interés. Repeticiones.
Llegó el Jefe de E.M. brasilero.
Anduvo por aquí el jueves el Comandante de la _Dee dée_ que ahora debe hallarse en el Río Paraguay, esperando el regreso del Canciller francés.
En mi carta del 26 del pasado hay dos errores que debo rectificar:
Donde dice una _zona de tierra de veinte mil metros_ debe leerse _veinte millones de metros.
Donde dice: _los brasileros llegaron sin embargo hasta una guardia avanzada , incendiando un rancho enemigo y derribando un mangrullo_, —debe leerse: el Sargento Delimaso del Regimiento San Martín aprovechando el momento en que los paraguayos abandonaron sus puestos avanzados para ocurrir al lugar del combate, avanzó solo, de su cuenta y riesgo, como aficionado, hasta el rancho enemigo y después de predenderle fuego, derribó el mangrullo, trayéndose las _huascas_ de trofeo.
A cada cual su punto de gloria por nimia que sea.
El Comadnante Mariño, auditor de guerra, que ha tenido un fuertísimo ataque de cólera está ya fuera de peligro.
A propósito de cólera.
Los hospitales brasileros son provistos de gallinas. Los argentinos, a pesar de las _asociaciones protectoras_ carecemos de ellos, y durante la epidemia, los mismos que se han suscrito a aquellas sociedades han tenido que hacer grandísimos sacrificios para tomar una tasa de caldo restauradora y sana.
Las gallinas se han vendido a _ocho pesos_ fuertes. Su precio corriente hoy día es una libra esterlina. Un capón se vende a diez patacones; los huevos a dos reales y hasta a cuatro. El mal cognac a cuatro pesos.
Sin embargo y a pesar de todo reina contento de animación.
Cuestión de viento Sur!
_Tourlourou_.

Fecha válida

1867-10-25