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"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué. [De nuestro corresponsal]"

Item

Código de referencia

AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº000

Fechas

29-09-1867

Título/Asunto

"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué. [De nuestro corresponsal]"

Nombre de publicación/Lugar

La Tribuna - Buenos Aires

Alcance y Contenido

Artículo publicado en La Tribuna el 29 de septiembre de 1867, nro. 4098, p. 2, columna 1. Sección: “Teatro de la guerra”. Con fecha del 21 de septiembre y la firma de Tourlourou (seudónimo). Anuncia el éxito de las operaciones comentadas en la entrega anterior. Resume el combate librado y analiza su impacto. Los paraguayos no mostraron el mismo arrojo de otras veces. Cifras de la victoria. A última hora, una bomba estalla contra el cuartel general.

Idioma

Español

Firma /Seudónimo

Tourlourou (Seudónimo de Lucio V. Mansilla)

Nivel de descripción

UD Simple

Volumen y Soporte

1 ejemplar - Digital

Tipología documental

Artículo

Nombre del creador

PIP Mansilla

Nota de investigación

Existencia y localización de originales

Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"

Transcripción

La operación combinada sobre la Villa de Pilar, que anuncien se ha realizado bajo los mejores auspicios y su éxito ha sido completo.
Las armas aliadas han obtenido un triunfo parcial más, cuyos efectos morales son incalculables.
La columna expedicionaria partiendo de San Solano, se dividió en dos de operaciones.
Los brasileros, marcharon inclinándose hacia la margen del río Paraguay, a fin de penetrar en el potrero Obelli, reconocer el paso Tayí y cortar el telégrafo eléctrico.
Los argentinos, inclinándose hacia el gran estero de Ñembucú, a fin de cortarles la retirada a los derrotados de la izquierda o a los que huyeran sin combatir.
El punto objetivo era el Pilar, de modo que, iniciándose la expedición en dos líneas divergentes abarcaba una zona inmensa de territorio enemigo.
A cierta altura, y a una hora dada brasileros y argentinos debían encontrarse en un punto determinado de antemano por el general en Jefe.
Los brasileros debían haber penetrado en el potrero Obelli, destruyendo el telégrafo, reconociendo y levantando un croquis del paso Tayí, antes de operar su junción con el General Hornos y así lo hicieron.
Los argentinos debían haber arroyado y sableado cuanto encontrasen al Sur del estero de Ñembucú antes de operar su junción con el General José Joaquín, -y así lo hicieron.
Argentinos y brasileros pues, cumplieron militarmente las ordenes recibidas.
El general brasilero tuvo la precaución de adelantar 500 hombres así que penetró en el potrero Obelli.
No obstante, el General Hornos llegó dos horas antes que ellos a inmediaciones del Pilar, y a pesar de que se halló con el arroyo Ipocú a nado lo vadeó, efectuando un reconocimiento hasta penetrar en la Plaza de Villa; y no la atacó formalmente porque los prisioneros hechos durante su marcha de invasión convergente le habían exagerado de tal modo el número y calidad de las tropas que la guarnecían, que creyó prudente esperar los 800 jinetes y los 300 infantes que con el general José Joaquín a la cabeza debían llegar, antes del anochecer, como en efecto llegaron.
Este acto de prudencia dio lugar a que el enemigo hiciera subir dos vapores y una chata en protección de la Villa, cuya guarnición constaba de 300 infantes, 50 jinetes y dos cañones.
La columna expedicionaria viendo este refuerzo inesperado hubo de contramarchar, contentándose los Generales que la dirigían con las ventajas adquiridas ya.
Pero nosotros habíamos hecho un reconocimiento y era natural que los brasileros quisieran hacer otro.
Pusiéronse pues de acuerdo los generales, cumpliendo con el tenor de sus instrucciones, y el reconocimiento se decidió, incorporándose a la columna brasilera el Coronel Correa, que había tomado una parte activa y principal en el reconocimiento del día anterior.
Inicióse la operación y viendo el General brasilero, que a pesar de la resistencia del enemigo y de los fuegos de los vapores y chata, la fortuna nos deparaba un triunfo fácil, convirtió el reconocimiento en un ataque formal.
El enemigo que no había hecho obra de defensa, se encastillaba em las casas cediendo terreno. Viéndolo retroceder y vacilar, moviéndose rápidamente el general Hornos con su columna, procurando penetrar por el norte de la Villa, como en efecto lo verificó, introduciéndose ese ataque inesperado el más completo pánico en la guarnición. El que no fue muerto o herido, echóse al agua y pereció; porque los vapores, largándose aguas abajo abandonaron hasta la chata, que fue echada a pique por la _caballería_.
“De lo sublime a lo ridículo no hay mas que un paso”. Los paraguayos tan heroicos en otras ocasionbes, no solamente no han peleaado esta vez con tenacidad sino que sus buques de guerra han huido de nuestros jinetes.
Los trofeos de esta expedición calculada y combinada cocn tanta excatitud, como ejecutada con precisiónson:
70 prisioneros y entre ellos 3 oficiales.
300 cabezas de ganado vacuno.
100 caballos,
4 carretas cargadas con armamento, aparatos telegráficos, mais etc.
2 cañones.
6 banderas
Los muertos no bajan de 120 y se calculan en 50 los ahogados.
Los depósitos de _charqui_, armamento antiguo maestranza etc, que eran considerables fueron destruídos.
Nuestras pérdidas son, un oficial muerto, 4 individuos de tropa muertos y 20 heridos, la mayor parte brasileros.
Las familias abandonaron el pueblo en el momento del ataque yendo a guarecerse en un campamento inmediato, donde se ha reunido la emigración de Tuyú Cué, Pedro González, Tío Domingo etc.
Ninguna mujer fue insultada, ni violentada.
El General Hornos uso guardias al efecto, y este honor no siempre se puede revindicar cuando se entra a sangre y fuego en una población.
Algunas familias fueron invitadas a seguirnos, ninguna ceptó. Sólo ingresó a nuestras filas una correntina que dicen se latrajeron de Bella-Vista.
Nuestras fuerzas ocupan y dominan en este momento el Río Hondo. Qué hará López ahora, que acabamos de probarle que podemos enseñorearnos de todo lo que no está bajo fuego de sus trincheras? Pronto vamos a saberlo.
¿Cómo explicará su derrota, y quienes serán las víctimas de su vanidad herida? Los pasados que no tardaremos en tener nos lo dirán.
Son las 10 de la noche, una bomba acaba de reventar sobre el cuartel general.
En mi próxima carta podré dar más detalles, porque entre los trofeos hay considerable cantidad de papeles.

Fecha válida

1867-09-29