"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué. Correspondencia de "La Tribuna""
Item
Código de referencia
AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº000
Fechas
14-08-1867
Título/Asunto
"Teatro de la guerra. Campamento Tuyu-Cué. Correspondencia de "La Tribuna""
Nombre de publicación/Lugar
La Tribuna - Buenos Aires
Alcance y Contenido
Artículo publicado en La Tribuna el 14 de agosto de 1867, nro. 4060, p. 2, columna 1. Sección: “Teatro de la guerra”. Con fecha del 8 de agosto y la firma de Tourlourou (seudónimo). Cañonazos desde el lado paraguayo durante el día anterior y respuesta aliada. Conjetura que las balas lanzadas por los paraguayos son las mismas lanzadas por los brasileños en Tuyutí. Asegura que Mitre impartió órdenes fundamentales para el éxito en la guerra, aunque admite no conocer su contenido. Un soldado brasileño apuñaló a un oficial y cambió de bando.
Idioma
Español
Firma /Seudónimo
Tourlourou (Seudónimo de Lucio V. Mansilla)
Nivel de descripción
UD Simple
Volumen y Soporte
1 ejemplar - Digital
Tipología documental
Artículo
Nombre del creador
PIP Mansilla
Nota de investigación
Existencia y localización de originales
Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"
Transcripción
TEATRO DE LA GUERRA
Campamento Tuyu-Cue.
Agosto 8 de 1867.
(Correspondencia de la “Tribuna”).
Ayer a las tres de la tarde el viento que había sido noreste se puso del lado del enemigo y los
paraguayos aprovechándolo, según su costumbre, comenzaron a cañonearnos desde su línea.
No suponíamos que tuvieran cañones de tanto alcance; pero el hecho es que la primer bala
que dispararon pasó por encima de nuestro parque, cayendo detrás de un bosque, situado a
espaldas del 12 de línea, el que ocupa la extrema izquierda de nuestra segunda línea.
Los demás disparos fueron dirigidos hacia el cuerpo módico y cuartel general, —habiendo
querido la fortuna que no tengamos ninguna desgracia que lamentar.
Sin duda que López no esperaba que se le contestara con tanta prontitud, como se le contestó;
pero como casi siempre sucede en la guerra que cuando el enemigo está rumeando alguna
picardía, no esté uno pensando en cosas muy santas, que digamos, ayer sucedió que el
General en Jefe había dado orden al Coronel Vedia de tener prontas para las cuatro dos piezas
ligeras de las de mayor alcance, que lo era 2200 metros, y que a la hora que nos mandaron la
primer bala, las referidas piezas habían sido avanzadas para el reconocimiento que el General
en Jefe se proponía hacer y que López recibió la sorpresa de que se le contestara incontinenti,
—sorpresa que no le sería muy agradable, pues, alguna de nuestras bombas reventaron dentro
de su línea.
Nos ha sorprendido que las balas de López sean Whetoll. Él no tiene cañones de esta especie.
La invención es muy moderna. Son sin duda las mismas balas brasileras arrojadas de Tuyutí,
que el enemigo recoge y nos devuelve con cañones lisos. Esta conjetura es tanto más
verosímil, cuanto que las balas recogidas no han reventado por no estar cargadas. Parece
también que para adoptarlas al cañón liso se las hubiera forrado en alguna sustancia como
plomo o zinc, que se ha derretido por la combustión de la pólvora dejándole a la bala un color
cobrizo, que no es el que tienen las balas brasileras después de arrojadas por el cañón Whetoll.
Estas balas, son cilíndricas y torneadas, de manera que al vencer la resistencia del aire hacen el
efecto de un taladro. Sea de esto lo que fuera hay una cosa que no se les puede negar a los
paraguayos, —su ingenio.
Justicia por justicia, también nosotros tenemos el nuestro, y anoche bajo una furiosa
tempestad hemos construido una fortificación pasajera, en el mismo lugar desde donde ayer
hizo sus disparos el Coronel Vedia. La obra fue dirigida por ingenieros brasileros y argentinos
con arreglo a instrucciones verbales del General en Jefe.
Hoy se han cambiado algunos cañonazos; el último hasta esta hora que son las cuatro, ha
llegado a la segunda línea, cayendo la bala a cincuenta pasos del 12 de línea en un estero.
Ayer dirigió el General en Jefe al Marqués de Caxias una nota sobre las operaciones futuras,
asegurándome persona competente que la ha leído, que contiene indicaciones de alta
trascendencia para el éxito de la guerra.
En la mañana de ayer un soldado brasilero mató a puñaladas a un capitán del 1° del Imperio y
se pasó al enemigo.
Tenemos un tiempo hermoso después de una gran lluvia. El Parque ha sido puesto fuera del
alcance y vista del enemigo.
Tourlourou.
Campamento Tuyu-Cue.
Agosto 8 de 1867.
(Correspondencia de la “Tribuna”).
Ayer a las tres de la tarde el viento que había sido noreste se puso del lado del enemigo y los
paraguayos aprovechándolo, según su costumbre, comenzaron a cañonearnos desde su línea.
No suponíamos que tuvieran cañones de tanto alcance; pero el hecho es que la primer bala
que dispararon pasó por encima de nuestro parque, cayendo detrás de un bosque, situado a
espaldas del 12 de línea, el que ocupa la extrema izquierda de nuestra segunda línea.
Los demás disparos fueron dirigidos hacia el cuerpo módico y cuartel general, —habiendo
querido la fortuna que no tengamos ninguna desgracia que lamentar.
Sin duda que López no esperaba que se le contestara con tanta prontitud, como se le contestó;
pero como casi siempre sucede en la guerra que cuando el enemigo está rumeando alguna
picardía, no esté uno pensando en cosas muy santas, que digamos, ayer sucedió que el
General en Jefe había dado orden al Coronel Vedia de tener prontas para las cuatro dos piezas
ligeras de las de mayor alcance, que lo era 2200 metros, y que a la hora que nos mandaron la
primer bala, las referidas piezas habían sido avanzadas para el reconocimiento que el General
en Jefe se proponía hacer y que López recibió la sorpresa de que se le contestara incontinenti,
—sorpresa que no le sería muy agradable, pues, alguna de nuestras bombas reventaron dentro
de su línea.
Nos ha sorprendido que las balas de López sean Whetoll. Él no tiene cañones de esta especie.
La invención es muy moderna. Son sin duda las mismas balas brasileras arrojadas de Tuyutí,
que el enemigo recoge y nos devuelve con cañones lisos. Esta conjetura es tanto más
verosímil, cuanto que las balas recogidas no han reventado por no estar cargadas. Parece
también que para adoptarlas al cañón liso se las hubiera forrado en alguna sustancia como
plomo o zinc, que se ha derretido por la combustión de la pólvora dejándole a la bala un color
cobrizo, que no es el que tienen las balas brasileras después de arrojadas por el cañón Whetoll.
Estas balas, son cilíndricas y torneadas, de manera que al vencer la resistencia del aire hacen el
efecto de un taladro. Sea de esto lo que fuera hay una cosa que no se les puede negar a los
paraguayos, —su ingenio.
Justicia por justicia, también nosotros tenemos el nuestro, y anoche bajo una furiosa
tempestad hemos construido una fortificación pasajera, en el mismo lugar desde donde ayer
hizo sus disparos el Coronel Vedia. La obra fue dirigida por ingenieros brasileros y argentinos
con arreglo a instrucciones verbales del General en Jefe.
Hoy se han cambiado algunos cañonazos; el último hasta esta hora que son las cuatro, ha
llegado a la segunda línea, cayendo la bala a cincuenta pasos del 12 de línea en un estero.
Ayer dirigió el General en Jefe al Marqués de Caxias una nota sobre las operaciones futuras,
asegurándome persona competente que la ha leído, que contiene indicaciones de alta
trascendencia para el éxito de la guerra.
En la mañana de ayer un soldado brasilero mató a puñaladas a un capitán del 1° del Imperio y
se pasó al enemigo.
Tenemos un tiempo hermoso después de una gran lluvia. El Parque ha sido puesto fuera del
alcance y vista del enemigo.
Tourlourou.
Fecha válida
1867-08-14
