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"Teatro de la guerra. (Correspondencias de "La Tribuna"). Paso Canoa"

Item

Código de referencia

AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº000

Fechas

06-08-1867

Título/Asunto

"Teatro de la guerra. (Correspondencias de "La Tribuna"). Paso Canoa"

Nombre de publicación/Lugar

La Tribuna - Buenos Aires

Alcance y Contenido

Artículo publicado en La Tribuna el 6 de agosto de 1867, nro. 4053, p. 2, columna 2. Sección: “Teatro de la guerra”. Con fecha del 1 de agosto y la firma de Tourlourou (seudónimo). Marcha forzada del ejercito aliado y encuentro con líneas de avanzada de las tropas paraguayas. La caballería brasileña supera a la enemiga. Se destaca la reticencia de los paraguayos a rendirse, incluso en situaciones muy desventajosas. Reflexiones sobre la guerra. Croquis de la situación de los ejércitos. Refiere un acto de barbarie de Solano López, según declaración de un prisionero. Preocupación por la merma de caballos.

Idioma

Español

Firma /Seudónimo

Tourlourou (Seudónimo de Lucio V. Mansilla)

Nivel de descripción

UD Simple

Volumen y Soporte

1 ejemplar - Digital

Tipología documental

Artículo

Nombre del creador

PIP Mansilla

Nota de investigación

Existencia y localización de originales

Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"

Transcripción

Paso Canoa.

Agosto 1° de 1867.

Ayer a las cinco de la tarde llegó el General en jefe del ejército aliado, después de una marcha
forzada de once horas, atravesando un camino execrable, cruzando el paso Fretes a nado,
forzando en suma las líneas avanzadas de López, en una de las cuales hubo un pequeño
encuentro de caballería. El enemigo fue arrollado matándosele un hombre.
Inmediatamente que el General llegó todo el mundo se puso a sus órdenes. El Marqués de
Caxias estuvo esta mañana a visitarle acompañado de su brillante Estado Mayor.
Osorio tuvo ayer un lance con la caballería de López, muy mal montada; la brasilera tiene
selectos caballos. Ha sido un episodio de vanguardia. Pero muy sangriento. Voy a referirle en
dos plumadas.

El día antes, un Regimiento enemigo, hacia el caer la noche, estuvo apoyando el cañoneo de
dos piezas sacadas audazmente fuera de la línea atrincherada. Por ser la hora avanzada no se
le hizo hostilidad, dejándolo para ayer.
Efectivamente, al amanecer, un Regimiento brasilero de cuatrocientas plazas recibió orden de
atacar uno paraguayo. Las piezas no estaban ya en el lugar del día antes, las habían entrado a
la trinchera. Los regimientos se atacaron con igual arranque. Pero los brasileros mejor
montados, y animados de un excelente espíritu arrollaron a los paraguayos.
Pelearon estos con un ardor fanático. Cortados unos cien hombres se les intimó rendición,
pero fue inútil y una hecatombe literalmente se sucedió a la clemencia del vencedor.
El doctor Sutton, del ejército argentino que estaba cerca del terreno vio este lance: seis
brasileros rodeaban a un paraguayo y le decían: no haga fuego ríndase. El soldado apuntaba y
retrocedía, mirando para atrás, como buscando escapatoria. Fue necesario un cuarto de hora
de verdadera súplica para que el indómito paraguayo se entregara.
Tomáronse once prisioneros.
Declaran unos que López tiene cuarenta mil hombres, otros que veinte, mucha infantería
algunos. Algunos añaden que ha destacado tres regimientos do caballería y diez batallones al
paso del Estero hondo para cubrir su línea de comunicaciones.
A propósito. La nuestra no está muy segura y se toman medidas ya por el General en Jefe para
cubrirla y acortarla. Ayer mismo mientras nosotros la cruzábamos por Fretes, mucho más hacia
el Rio Paraná, el enemigo nos quitó un arreo de ochocientas cabezas de ganado. Qué suerte la
de López. Con el robo del ganado cohonestará la sableada recibida por la mañana.
Nuestra posición es algo parecida a la de Tuyutí, con esta diferencia, allí las dos líneas
formaban un ángulo agudo, en cuya abertura estaba el ejército argentino; aquí formamos el
mismo ángulo y en su abertura estamos nosotros; pero con esta variante que antes
cerrábamos la derecha y ahora la cierran los brasileros, cuyas avanzadas llegan hasta más allá
de Tuyu-Cué.
La nueva línea atrincherada de López está perfectamente dibujada a la vista, claras y distintas
las torres de Humaitá. Pero la operación de cortarle al enemigo su línea de operaciones me
parece más larga y difícil de lo que la generalidad cree, y ofrece este gran inconveniente.
Nosotros no podemos tratar de envolver al enemigo cortándole la retirada sin asegurar la
nuestra. La guerra es un arte matemático; pero solo cuando se trata de abrir una trinchera, de
dirigir una bomba sobre una línea o punto capital. Pero una vez dada la señal del combate solo
Dios y la fatalidad pueden marcar de antemano el resultado. De manera que si la bravura y el
atrevimiento es una gran virtud militar, la prudencia es una realidad de todo el que quiere
llamarse general. Y esto vale tanto como decir que mientras nosotros perdemos tiempo en
asegurar nuestra base de operaciones, para tener que comer y surtirnos de todo, el enemigo
se fortificará aprovechándolo como lo sabe hacer. Y sin embargo, si una cabeza realmente
militar hubiese estado aquí antes de la venida del Presidente, al mismo tiempo que a esta cara
del cuadrilátero nos acercábamos se hubiese procurado fortificar y cubrir, asegurando
nuestras comunicaciones.
Muy difícil es que ustedes puedan juzgar de nuestra posición sin un auxilio gráfico por más que
yo me explicara, de modo que tengo que recurrir a las líneas. Aunque groseras, pues son
trazadas a vuelo de pájaro, fíjense ustedes en estas, juzguen y mediten:
Por uno de los prisioneros hemos tenido noticia de un acto de barbarie de López.
Cespedes es uno de nuestros baqueanos paraguayos. Su padre, vecino de estas inmediaciones,
ha sido muerto a fuerza de azotes porque no confesaba que su hijo lo había visitado
clandestinamente, lo que no ha sucedido.
Son las 3 de la tarde. Hoy se habló temprano de un reconocimiento. Hasta ahora no se han
oído cañonazos ni tiros.
No creo difícil que López intente un golpe de mano sobre el campo atrincherado de Tuyutí.

Se dice que el General Hornos pasará a nuestra vanguardia. Allí será muy útil. Es necesario
verlo en campaña al General para comprender lo que valen la experiencia de un hombre que
ha hecho la guerra de la República Argentina y el valor arrojado en un Jefe de vanguardia.
Desgraciadamente estamos mal de caballos. Ojalá lleguen cuanto antes los que, se dice, están
en camino.
El estado sanitario, bueno; la deserción nula. Campo regular. Alojamiento al raso.

Tourlourou.

Fecha válida

1867-08-06