“Correspondencia de Falstaff”
Item
Código de referencia
AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº000
Fechas
19-12-1866
Título/Asunto
“Correspondencia de Falstaff”
Nombre de publicación/Lugar
La Tribuna - Buenos Aires
Alcance y Contenido
Artículo publicado el 19 de diciembre de 1866 en La Tribuna, p. 2, 3ra columna. Carta firmada por Falstaff (seudónimo). La fecha de la carta corresponde al 14 de diciembre de 1866. Monotonía. Dos "pasados": un "esclavo negro" y un "paraguayo neto". Razones por las que se pasaron: trabajo excesivo, mala alimentación y escaso sueño. Interrogación y testimonios. Misteriosa explosión en el bando enemigo, posibles causas.
Idioma
Español
Firma /Seudónimo
Falstaff (Seudónimo atribuido a Lucio V. Mansilla/Héctor Varela)
Nivel de descripción
UD Simple
Volumen y Soporte
1 ejemplar - Digital
Tipología documental
Artículo
Nombre del creador
PIP Mansilla
Nota de investigación
Existencia y localización de originales
Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"
Transcripción
Tremenda explosión en el campamento enemigo. Sus posibles causas. Noticias de un fugado del Paraguay. Ambos ejércitos en actitud defensiva.
Corrientes, 14 de diciembre de 1866.
Atravesamos días muy monótonos e iguales.
El enemigo ha establecido en su derecha una batería de morteros. Las pocas bombas que nos ha lanzado han sido devueltas, sin que hayamos tenido que lamentar pérdidas de consideración.
Las bombas enemigas revientan generalmente en el aire, y cuando esto no sucede su efecto es casi nulo a consecuencia de lo blando del terreno.
El 9, en momentos de entrarse el sol, hubo en la línea enemiga una tremenda explosión. La hora no permitió calcular los estragos producidos por ella.
Muchas conjeturas se hicieron al respecto, achicandolos unos y agrandandolos otros el tamaño del siniestro. Ayer por fin salimos de dudas.
Tuvimos dos pasados, uno por la derecha y otro por Curuzú . Este último es un esclavo negro, elotro es un paraguayo neto.
Oigamos las curiosas referencias de los dos, cuya autenticidad puedo garantizar.
El paraguayo neto pertenecía a la maestranza, pero había sido incorporado a un batallón de infantería. Cuenta que la explosión fue producida por el incendio casual de tres carretas de parque, cargadas de pólvora y municiones de cañón, que volaron todas matando 19 hombres, hiriendo igual número e incendiando una multitud de ranchos y depósitos que costó mucho apagar.
De nuestro campamento pudimos en efecto ver que algunos escuadrones de caballería acudieron de inmediato al lugar de la explo- sión, desplegando mucha actividad para dominar el fuego que con gran voracidad cundía por la línea enemiga, la que saludada por algunos disparos de los brasileños, contestó no obstante la confusión que en ella reinaba, enviándonos una media docena de bombas y haciendo rugir sus piezas de a 68. Pero como la noche estaba al caer, el fuego duró poco.
Esto es lo que dice el pasado que les han dicho, de manera que no es aventurado suponer que la explosión y sus estragos han sido mucho mayores.
Hablando de su evasión refiere que el servicio y fatigas a que están sometidos es excesivo. Cuando no están de guardia, trabajan en recorrer o profundizar los fosos de la trinchera. Comen mal y duermen peor.
La falta de sueño es sobre todo lo que los abruma. Debe a esto último el haber podido escaparse. La guardia a la que él pertenecía era relevada a las 5.00 de la mañana. El día en que se escapó, por causas que no conoce, llegaron las 7.00 y el relevo no vino. Dominados por el sueño se entregaron a sus delicias. Él aprovechando la coyuntura que se le presentaba y que desde mucho tiempo atrás buscaba, se dirigió resueltamente a nuestra línea.
El pobre diablo da pena de flaco y estropeado. Su aire escuálido no deja duda de que el ejército de López no goza de las delicias de Capua. En el hombro derecho ostenta un hermoso callo producido, dice, por el uso de la palanca del trabajo.
Según nuestra costumbre, así que este infeliz se presentó, diósele con que cubrir su desnudez y de comer. De lo primero hizo poco caso; lo segundo lo recibió con visibles muestras de alegría, y tan famélico estaba, que la panzada que tomo hubo de costarle caro .
Como sucede generalmente, este pasado poco sabe de lo que sucede fuera del recinto de su batallón. Llamase Flecha de apellido, y dice haber sido trabajador del arsenal de la Asunción.
El negroesclavopasado por Curuzú dice que él llegó a Curupaytí hará un mes con un contingente de 157 esclavos remitidos de Concepción.
Que en Curupaytí hay cuatro batallones grandes y cuatro regimientos, que serán cuatro escuadrones. Que no recuerda cuantos cañones, pero que cada pieza está servida por nueve hombres.
Que las voces que allí se corren: son que en Curuzú no hay sino 5.000 brasileños y en Tuyutí 11.000; que se les recomienda mucho no dejen pasar a este lado ningún caballo flaco, por que eso es lo que comemos nosotros, y que de un momento a otro tendremos que tomar los de Villadiego.
Que días pasados el general Díaz les dijo que en Candelaria se había sublevado, una fuerza, pero que por eso no debían desanimarse, que la patria contaba con ellos para defender su noble causa, y que él, Díaz, lasostendríamientras le quedara un soldado. Habiéndole preguntado el nombre del oficial o jefe sublevado, contestó con estas textuales palabras: “Díaz contó el milagro pero no nombró el santo”.
Dice que en Concepción sólo había quedado una pequeña guardia de gente muy vieja, y algunos muchachos esclavos, que los pueblos y los campos están desiertos de hombres y por lo tanto abandonadas todas las estancias que no pertenecen al Estado.
Interrogado acerca del espíritu de la tropa en general, contestó que allí no se habla, que el día en que Díaz los proclamó, él gritó mucho, pero que ya estaba con ganas de venirse, porque había oído decir que los íbamos a envolver por todos lados, y sobre todo porque ya no podía resistir la fatiga. Nada revela por ahora que estemos próximos a emprender operaciones.
Sólidos y vastos cuarteles se levantan por todas partes como desafiandolos calores del verano. Los esteros están llenos de agua. El Paraná sumamente crecido.
Los brasileños han recibido alguna artillería de acero alemana, que están colocando en posición en las baterías de Piris. De la escuadra, y por esta misma laguna, han recibido algunas piezas de grueso calibre. Parece que el enemigo espera un bombardeo y que se prepara a contestarlo.
Según el primer pasado, es decir, por la explicación que él hace a su modo, López está haciendo block houses, para preservar sus municiones.
Háblase de una expedición por el Chaco. Yo por mi parte no creo en ella aunque reconozco que sería una diversión alarmante para el enemigo.
Del general Osorio, se recibieron comunicaciones hace pocos días. Tenía ya reunidos ya 10.000 hombres y se disponía a pasar el Uruguay. Dentro de un mes quiere decir que estará sobre Itapuá . La posición de López, tome o no tome cuerpo la sublevación de Candelaria, va a tornarse cada vez más crítica cuando sienta el movimiento delas columnas de Osorio.
No hay más noticias. El enemigo y nosotros nos mantenemos en la más estricta actitud defensiva. Nuestro sueño es tranquilo.
El general en jefe estuvo gravemente enfermo, está mejor. Ayer montó a caballo por primera vez.
Los generales aliados han manifestado interés por su salud.
El general Mitre escribe por este vapor, llamando nuevamente al señor Lafuente.
Hasta el próximo correo,
Falstaff
19 de diciembre de 1866.
Corrientes, 14 de diciembre de 1866.
Atravesamos días muy monótonos e iguales.
El enemigo ha establecido en su derecha una batería de morteros. Las pocas bombas que nos ha lanzado han sido devueltas, sin que hayamos tenido que lamentar pérdidas de consideración.
Las bombas enemigas revientan generalmente en el aire, y cuando esto no sucede su efecto es casi nulo a consecuencia de lo blando del terreno.
El 9, en momentos de entrarse el sol, hubo en la línea enemiga una tremenda explosión. La hora no permitió calcular los estragos producidos por ella.
Muchas conjeturas se hicieron al respecto, achicandolos unos y agrandandolos otros el tamaño del siniestro. Ayer por fin salimos de dudas.
Tuvimos dos pasados, uno por la derecha y otro por Curuzú . Este último es un esclavo negro, elotro es un paraguayo neto.
Oigamos las curiosas referencias de los dos, cuya autenticidad puedo garantizar.
El paraguayo neto pertenecía a la maestranza, pero había sido incorporado a un batallón de infantería. Cuenta que la explosión fue producida por el incendio casual de tres carretas de parque, cargadas de pólvora y municiones de cañón, que volaron todas matando 19 hombres, hiriendo igual número e incendiando una multitud de ranchos y depósitos que costó mucho apagar.
De nuestro campamento pudimos en efecto ver que algunos escuadrones de caballería acudieron de inmediato al lugar de la explo- sión, desplegando mucha actividad para dominar el fuego que con gran voracidad cundía por la línea enemiga, la que saludada por algunos disparos de los brasileños, contestó no obstante la confusión que en ella reinaba, enviándonos una media docena de bombas y haciendo rugir sus piezas de a 68. Pero como la noche estaba al caer, el fuego duró poco.
Esto es lo que dice el pasado que les han dicho, de manera que no es aventurado suponer que la explosión y sus estragos han sido mucho mayores.
Hablando de su evasión refiere que el servicio y fatigas a que están sometidos es excesivo. Cuando no están de guardia, trabajan en recorrer o profundizar los fosos de la trinchera. Comen mal y duermen peor.
La falta de sueño es sobre todo lo que los abruma. Debe a esto último el haber podido escaparse. La guardia a la que él pertenecía era relevada a las 5.00 de la mañana. El día en que se escapó, por causas que no conoce, llegaron las 7.00 y el relevo no vino. Dominados por el sueño se entregaron a sus delicias. Él aprovechando la coyuntura que se le presentaba y que desde mucho tiempo atrás buscaba, se dirigió resueltamente a nuestra línea.
El pobre diablo da pena de flaco y estropeado. Su aire escuálido no deja duda de que el ejército de López no goza de las delicias de Capua. En el hombro derecho ostenta un hermoso callo producido, dice, por el uso de la palanca del trabajo.
Según nuestra costumbre, así que este infeliz se presentó, diósele con que cubrir su desnudez y de comer. De lo primero hizo poco caso; lo segundo lo recibió con visibles muestras de alegría, y tan famélico estaba, que la panzada que tomo hubo de costarle caro .
Como sucede generalmente, este pasado poco sabe de lo que sucede fuera del recinto de su batallón. Llamase Flecha de apellido, y dice haber sido trabajador del arsenal de la Asunción.
El negroesclavopasado por Curuzú dice que él llegó a Curupaytí hará un mes con un contingente de 157 esclavos remitidos de Concepción.
Que en Curupaytí hay cuatro batallones grandes y cuatro regimientos, que serán cuatro escuadrones. Que no recuerda cuantos cañones, pero que cada pieza está servida por nueve hombres.
Que las voces que allí se corren: son que en Curuzú no hay sino 5.000 brasileños y en Tuyutí 11.000; que se les recomienda mucho no dejen pasar a este lado ningún caballo flaco, por que eso es lo que comemos nosotros, y que de un momento a otro tendremos que tomar los de Villadiego.
Que días pasados el general Díaz les dijo que en Candelaria se había sublevado, una fuerza, pero que por eso no debían desanimarse, que la patria contaba con ellos para defender su noble causa, y que él, Díaz, lasostendríamientras le quedara un soldado. Habiéndole preguntado el nombre del oficial o jefe sublevado, contestó con estas textuales palabras: “Díaz contó el milagro pero no nombró el santo”.
Dice que en Concepción sólo había quedado una pequeña guardia de gente muy vieja, y algunos muchachos esclavos, que los pueblos y los campos están desiertos de hombres y por lo tanto abandonadas todas las estancias que no pertenecen al Estado.
Interrogado acerca del espíritu de la tropa en general, contestó que allí no se habla, que el día en que Díaz los proclamó, él gritó mucho, pero que ya estaba con ganas de venirse, porque había oído decir que los íbamos a envolver por todos lados, y sobre todo porque ya no podía resistir la fatiga. Nada revela por ahora que estemos próximos a emprender operaciones.
Sólidos y vastos cuarteles se levantan por todas partes como desafiandolos calores del verano. Los esteros están llenos de agua. El Paraná sumamente crecido.
Los brasileños han recibido alguna artillería de acero alemana, que están colocando en posición en las baterías de Piris. De la escuadra, y por esta misma laguna, han recibido algunas piezas de grueso calibre. Parece que el enemigo espera un bombardeo y que se prepara a contestarlo.
Según el primer pasado, es decir, por la explicación que él hace a su modo, López está haciendo block houses, para preservar sus municiones.
Háblase de una expedición por el Chaco. Yo por mi parte no creo en ella aunque reconozco que sería una diversión alarmante para el enemigo.
Del general Osorio, se recibieron comunicaciones hace pocos días. Tenía ya reunidos ya 10.000 hombres y se disponía a pasar el Uruguay. Dentro de un mes quiere decir que estará sobre Itapuá . La posición de López, tome o no tome cuerpo la sublevación de Candelaria, va a tornarse cada vez más crítica cuando sienta el movimiento delas columnas de Osorio.
No hay más noticias. El enemigo y nosotros nos mantenemos en la más estricta actitud defensiva. Nuestro sueño es tranquilo.
El general en jefe estuvo gravemente enfermo, está mejor. Ayer montó a caballo por primera vez.
Los generales aliados han manifestado interés por su salud.
El general Mitre escribe por este vapor, llamando nuevamente al señor Lafuente.
Hasta el próximo correo,
Falstaff
19 de diciembre de 1866.
Fecha válida
1866-12-19