"Teatro de la guerra. (De nuestro corresponsal)"
Item
Código de referencia
AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº000
Fechas
31-08 y 1°-09-1866
Título/Asunto
"Teatro de la guerra. (De nuestro corresponsal)"
Nombre de publicación/Lugar
La Tribuna - Buenos Aires
Alcance y Contenido
Artículo publicado el 31 de agosto y 1 de septiembre de 1866 en La Tribuna, p. 2, 4ta columna. Sección: “Teatro de la guerra”. Carta firmada por Falstaff (seudónimo). La fecha de la carta corresponde al 25 de agosto de 1866. Preparativos para el reconocimiento y ataque de Curupaytí. Operación a cargo de Tamandaré, críticas. Intensa actividad comercial en Corrientes. Anécdota: remate de productos de la proveduría de hospitales brasileños.
Idioma
Español
Firma /Seudónimo
Falstaff (Seudónimo atribuido a Lucio V. Mansilla/Héctor Varela)
Nivel de descripción
UD Simple
Volumen y Soporte
1 ejemplar - Digital
Tipología documental
Artículo
Nombre del creador
PIP Mansilla
Nota de investigación
Existencia y localización de originales
Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"
Transcripción
Preparativos para reconocer y asaltar Curupaytí. Dudas sobre la eficiencia del almirante Tamandaré . Corrientes se ha convertido “en una especie de San Francisco de California” a raíz del comercio que suscita la guerra.
Itapirú, 25 de agosto de 1866.
Nuestro amigo Lanús me avisó ayer que hoy saldría La Rosa antes que el Hércules.
Aprovecho, pues, su partida para escribirles.
Ya saben ustedes, por una experiencia de catorce meses, que no soy de los que se alucinan fácilmente, dando cuenta a cuanta tontera se repite en el campamento, y sus alrededores.
Hoy, sin embargo, tengo motivos para decirle que el momento de los acontecimientos se aproxima.
En la última conferencia de generales se acordó que el día 2 se practicase un ataque o reconocimiento sobre Curupaytí .
Como esta operación está confiada a Tamandaré, me aguardaré bien de asegurarles que tendrá lugar el día indicado.
Es tan poca la confianza que aquí se tiene en este hombre, y tan profundo el desprecio que inspira a sus propios compatriotas, que nadie tiene fe en lo que promete.
Sin embargo, parece que Octaviano, lo ha empujado en un lenguaje algo positivo.
El barón de Porto Alegre con su ejército, desembarcará en las primeras barrancas de Curupaytí .
Para esta operación, ya hay trece vapores prontos en Itapirú . Sólo esperan la orden de embarque y de marcha.
Varias son las versiones que corren con respecto al modo como se efectuará el desembarco; pero como este debe ser un misterio me guardaré bien de repetirlo que se dice.
En el momento en que les escribe llega la Esponina, trayendo a su bordo al consejero Octaviano, que viene a dar la última mano al plan de operaciones iniciado por el general Mitre, y aceptado ya definitivamente por los generales aliados.
Es falso cuanto se ha dicho en esa con respecto a los caballos mandados por el general Urquiza, pues de aquel lado del Paso de la Patria, no hay sino matungos.
Esto no impide que el ejército cuente ya con 3.000 caballos y mulas de pesebre, venidos de esa, de Rosario y Montevideo. Hasta ahora se conservan en perfecto estado.
El vapor Julia bajó hoy llevando 200 enfermos. Creo que sigue para esa.
El Buenos Aires sigue en Corrientes con su máquina descompuesta.
¡El vapor de guerra Argentino!
Han llegado a Corrientes cuatro buques cargados de pasto y maíz.
Vienen de Rosario, fletados hasta allí solamente, cosa que no comprendo, pues si los hubiesen fletado hasta Itapirú se gastaría menos, y sobre todo, se ganaría tiempo.
Sé que ya no se podrá remediar el mal que esta falta causará;
pero que al menos se sepan ahí los despropósitos que se hacen en ciertas regiones de la administración.
El general en jefe ha ordenado ayer al capitán del puerto de Corrientes que mande todo el pasto y maíz que haya aquí depositado.
Lo hará sin demora, pues es un hombre de cuya actividad todos están satisfechos.
La escasez del carbón es grande.
Me consta que Cabal ha vendido una gran cantidad a 51 patacones la tonelada.
A propósito deestoles diré a ustedes que Corrientes se ha vuelto una especie de San Francisco de California, donde nadie habla sino de negocios y donde se hacen algunos de primo cartello.
En estos días se alborotó el avispero, con motivo de haber sacado a remate la proveeduría de los hospitales brasileños.
¡Qué alboroto!
¡Qué confusión!
¡Qué idas y venidas!
Los proponentes pasaban la docena y media.
Como es natural, todos prometían servir lo mejor de este mundo, sólo reservarse el derecho de dejar morir de hambre a los enfermos o heridos, el día que mejor les convenga.
Tengo entendido que será aceptada la propuesta del señor Orozimbo, socio de don Joaquín Lavalle, que en esta campaña ha mostrado que no era tan sonso como algunos lo creían.
A quien Dios se lo da, que San Pedro se lo bendiga. El Paysandú sale para esa dentro de cinco días.
No creo todavía tener grandes novedades que comunicarles; pero les repito que ahora sí creo que pasaremos quince días sin tener hechos de importancia.
Falstaff
1º de septiembre de 1866.
Itapirú, 25 de agosto de 1866.
Nuestro amigo Lanús me avisó ayer que hoy saldría La Rosa antes que el Hércules.
Aprovecho, pues, su partida para escribirles.
Ya saben ustedes, por una experiencia de catorce meses, que no soy de los que se alucinan fácilmente, dando cuenta a cuanta tontera se repite en el campamento, y sus alrededores.
Hoy, sin embargo, tengo motivos para decirle que el momento de los acontecimientos se aproxima.
En la última conferencia de generales se acordó que el día 2 se practicase un ataque o reconocimiento sobre Curupaytí .
Como esta operación está confiada a Tamandaré, me aguardaré bien de asegurarles que tendrá lugar el día indicado.
Es tan poca la confianza que aquí se tiene en este hombre, y tan profundo el desprecio que inspira a sus propios compatriotas, que nadie tiene fe en lo que promete.
Sin embargo, parece que Octaviano, lo ha empujado en un lenguaje algo positivo.
El barón de Porto Alegre con su ejército, desembarcará en las primeras barrancas de Curupaytí .
Para esta operación, ya hay trece vapores prontos en Itapirú . Sólo esperan la orden de embarque y de marcha.
Varias son las versiones que corren con respecto al modo como se efectuará el desembarco; pero como este debe ser un misterio me guardaré bien de repetirlo que se dice.
En el momento en que les escribe llega la Esponina, trayendo a su bordo al consejero Octaviano, que viene a dar la última mano al plan de operaciones iniciado por el general Mitre, y aceptado ya definitivamente por los generales aliados.
Es falso cuanto se ha dicho en esa con respecto a los caballos mandados por el general Urquiza, pues de aquel lado del Paso de la Patria, no hay sino matungos.
Esto no impide que el ejército cuente ya con 3.000 caballos y mulas de pesebre, venidos de esa, de Rosario y Montevideo. Hasta ahora se conservan en perfecto estado.
El vapor Julia bajó hoy llevando 200 enfermos. Creo que sigue para esa.
El Buenos Aires sigue en Corrientes con su máquina descompuesta.
¡El vapor de guerra Argentino!
Han llegado a Corrientes cuatro buques cargados de pasto y maíz.
Vienen de Rosario, fletados hasta allí solamente, cosa que no comprendo, pues si los hubiesen fletado hasta Itapirú se gastaría menos, y sobre todo, se ganaría tiempo.
Sé que ya no se podrá remediar el mal que esta falta causará;
pero que al menos se sepan ahí los despropósitos que se hacen en ciertas regiones de la administración.
El general en jefe ha ordenado ayer al capitán del puerto de Corrientes que mande todo el pasto y maíz que haya aquí depositado.
Lo hará sin demora, pues es un hombre de cuya actividad todos están satisfechos.
La escasez del carbón es grande.
Me consta que Cabal ha vendido una gran cantidad a 51 patacones la tonelada.
A propósito deestoles diré a ustedes que Corrientes se ha vuelto una especie de San Francisco de California, donde nadie habla sino de negocios y donde se hacen algunos de primo cartello.
En estos días se alborotó el avispero, con motivo de haber sacado a remate la proveeduría de los hospitales brasileños.
¡Qué alboroto!
¡Qué confusión!
¡Qué idas y venidas!
Los proponentes pasaban la docena y media.
Como es natural, todos prometían servir lo mejor de este mundo, sólo reservarse el derecho de dejar morir de hambre a los enfermos o heridos, el día que mejor les convenga.
Tengo entendido que será aceptada la propuesta del señor Orozimbo, socio de don Joaquín Lavalle, que en esta campaña ha mostrado que no era tan sonso como algunos lo creían.
A quien Dios se lo da, que San Pedro se lo bendiga. El Paysandú sale para esa dentro de cinco días.
No creo todavía tener grandes novedades que comunicarles; pero les repito que ahora sí creo que pasaremos quince días sin tener hechos de importancia.
Falstaff
1º de septiembre de 1866.
Fecha válida
1866-08-31