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“Teatro de la guerra. (De nuestro corresponsal)”

Item

Código de referencia

AR-BN-PIP-CLVM-PRE-lt-Nº000

Fechas

26-08-1866

Título/Asunto

“Teatro de la guerra. (De nuestro corresponsal)”

Nombre de publicación/Lugar

La Tribuna - Buenos Aires

Alcance y Contenido

Artículos publicados el 26 de agosto de 1866 en La Tribuna, p. 2, 4ta columna. Dos cartas firmadas por Falstaff (seudónimo). Las fechas de las cartas corresponden al 20 y 21 de agosto de 1866. Reunión de generales y acuerdo de operaciones en vistas del ataque de Curupaytí. Listado de vapores de guerra y de carga de paso por la ciudad de Corrientes. Cargamentos con animales de montar, forraje, dinero, heridos. Dos oficiales paraguayos pasados al ejército aliado traen noticias. Ironías hacia López y Tamandaré.

Idioma

Español

Firma /Seudónimo

Falstaff (Seudónimo atribuido a Lucio V. Mansilla/Héctor Varela)

Nivel de descripción

UD Simple

Volumen y Soporte

1 ejemplar - Digital

Tipología documental

Artículo

Nombre del creador

PIP Mansilla

Nota de investigación

Existencia y localización de originales

Original en poder de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno"

Transcripción

Reunión de los generales aliados. Incorporación de las tropas del barón de Porto Alegre. Gesto encomiable de Ma- riano Cabal de dar pasajes gratuitos en sus vapores a los heridos que son enviados a Buenos Aires. Es de desear que otros propietarios de naves imiten el ejemplo. El general Flores insiste en retirarse si no se busca una rápida decisión armada.
Itapirú, agosto 20 de 1866.
Anoche llegué a este punto, y como el Guaraní sale de Corrientes para esa, les mando estos renglones.
A falta de grandes novedades, de noticias conmovedoras y de episodios más o menos sangrientos que comunicarles, les daré las noticias que hay.
Anteayer tuvo lugar una reunión de generales en la carpa del general Polidoro.
Asistieron a ella los generales Mitre, Flores, Porto Alegre y Mambrú, es decir, Tamandaré .
Si fue un consejo de guerra, como tengo motivo para creerlo, parecía natural que hubiese tenido lugar en la carpa del general en jefe; pero como aquí se hacen tantas cosas al revés, fue en la tienda del jefe brasilero.
Octaviano, que había venido con la intención de asistir a este consejo, no lo hizo, habiéndose quedado en Itapirú .
¿Por qué?
Esto pertenece al mundo de los misterios.
A la llegada de Porto Alegre, fue saludado por todos los jefes y oficiales del ejército que recibieron orden de hacerlo, vistiéndose de gran uniforme.
Aún cuando se pretenda dar gran importancia a la conferencia de generales, les diré que ella no la ha tenido, pues no es un misterio para nadie que allí se acordó:
1° Incorporar al ejército, las caballerías del barón de Porto Alegre. 2° Embarcar en la escuadra las infanterías del mismo.
Todo esto se hará para ejecutar la operación indicada por el general Flores hace tres meses: esto es, atacar Curupaytí, hacer allí un desembarco y cargar al enemigo por su retaguardia, mientras que el grueso del ejército lo ataca por el frente y un flanco.
Luego que Octaviano supo el resultado de la conferencia, regresó a Corrientes, donde tiene no poco que hacer con un enjambre de contratistas, que lo asedian día y noche.
Los transportes que se hallan en Corrientes han recibido orden de venir aquí para embarcarlas infanterías del barón de Porto Alegre.
Corrientes, 21.
Acabo de regresar de Itapirú, a donde sólo fui a saber el resultado del viaje de Octaviano, que más arriba les comunico.
En los momentos en que yo salía de allí, quedaban tomando caballos los regimientos 1° y 3° de caballería de línea argentina, lo que no ha dejado de llamarla atención a los curiosos, puesto que, desde que llegaron los caballos, los soldados de esos dos cuerpos no hacían más que cuidarlos, sin que fuese permitido montarlos ni aún para hacer ejercicio.
Ayer regresó a este puerto el Chacabuco.
Como nuestros buques de guerra tienen una estrella tan feliz, al entrar en el puerto de Corrientes, el Chacabuco se llevó por delante una goleta cargada y pronta a salir, haciéndole una avería que fue tasada de 402 patacones.
En la misma tarde el vapor subió hasta Itapirú llevando las goletas que trajo a remolque.
El Uruguay volvió anoche, trayendo tres buques a remolque, en los que vienen 252 mulas, pasto y maíz.
El Isabel también fondeó anoche. El General Flores sale mañana.
A su bordo va el joven oriental Patino, herido en el asalto del 18. El Leopoldina, con las 100.000 libras no ha llegado todavía.
Parece que se espera con gran impaciencia por el consejero Octaviano.
El Cosmos ha bajado hasta la Paz, a traer algunos buques con caballos que quedaron allí varados, pero que habrán zafado ya, pues el río crece con fuerza.
Hoy llegó aquí una orden del Presidente para que se expropien algunos bueyes.
Los vapores de nuestra escuadra Buenos Aires e Itapirú están aquí reparando algunas averías de sus máquinas.
¡Cuando no son pascuas!
Nuestro respetado amigo, el simpático e infatigable doctor Mu- ñiz recibió ayer la siguiente nota:
20 de agosto de 1866.
“Al Señor Francisco J. Muñiz, Director de los hospitales de Corrientes.
El infrascrito ha establecido una nueva línea con los vapores Proveedor, Aliado y Victoria, y tiene el grato placer de ofrecer a usted, veinte pasajes para igual número de heridos que serán conducidos hasta Buenos Aires (gratis) en cada uno de los vapores y en todos sus viajes.
Dios guarde a usted muchos años. Mariano Cabal.”

Actos de esta naturaleza, no pueden menos que despertar un sentimiento de profunda simpatía en el corazón de todo argentino, y sería muy de desear que todos los que tienen vapores como los señores Arteaga, Madero, Rivas y otros, imitasen el ejemplo dado por Cabal, proporcionando así un ligero alivio a los desgraciados que caen postrados en el campo de batalla.
En la madrugada del 20, dos oficiales de la escuadra paraguaya se vinieron pasados, en una canoa, a la escuadra brasileña.
Lo más importante que dicen es que López, en los últimos días, se ha estado ocupando en obstruir el canal del río Paraguay, arrojando al fondo gran cantidad de maderas y chatas cargadas de piedra.
Por lo visto este buen hombre no habrá contado para nada con la corriente del río y más que todo con la inacción del vizconde de Tamandaré, a quien tanto deben temer los paraguayos.
El capitán Piris, de la artillería argentina, acaba de llegar con el encargo de llevar al ejército una preciosa batería de montaña que estaba depositada en el parque, y la que se halla en perfecto estado, debido, en parte, a las reparaciones hechas en ella por el coronel Alsogaray.
Ayer empezó a proveer al ejército brasileño el señor Lanús. Contra lo que muchos creían, ha mostrado que se hallaba preparado para ello.
Insisto en lo que dije a ustedes respecto a la retirada del general Flores. Si se le asegura que para los ocho primeros días de septiembre habrá algún hecho de armas decisivo, el general se quedará, retirándose enseguida a ocupar el puesto que sus conciudadanos le confiaron.
Esto es lo único que puedo comunicarles por hoy.
De todos modos ya saben ustedes que nada ahorraré para mantener bien en alto la merecida reputación de La Tribuna.
Falstaff
26 de agosto de 1866.

Fecha válida

1866-08-26