“Ñandurocay. Tempestad y sol”
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Fechas
Título/Asunto
Nombre de publicación/Lugar
Alcance y Contenido
Preparativos para el viaje del día siguiente hacia Ñandurocay Potrero, desde el puesto de trabajo en las minas de Amambay. Diálogos con su capataz y peones. Detalle de los puntos geográficos y distancias a recorrer, y de las provisiones (traducción en nota a pie de los vocablos de comidas en guaraní). Tempestad que se anuncia en la noche y recorrido por pasajes de Shakespeare alusivos al trance. Relato del camino y de la llegada al centro de Ñandurocay, cuando los arco iris en las alturas se presentan como signo de la victoria del sol sobre la tempestad. Referencia al presidente Nicolás Avellaneda, que le había pedido una página sobre la salida del sol en Ñandurocay, parecida a la de “El Sigú”.
Idioma
Firma /Seudónimo
Nivel de descripción
Volumen y Soporte
Tipología documental
Nombre del creador
Nota de investigación
El artículo forma parte de lo que llamamos la “serie del oro”: la serie de artículos, escritos y publicados por Mansilla en El Nacional de Buenos Aires y en La Reforma de Asunción, entre marzo de 1878 y enero de 1879, en el marco de su expedición a las Minas de Amambay y Maracayú (1877-1879), y que, además de las Cartas de Amambay (El Nacional, 26 de marzo a 14 de mayo de 1878), incluye las causeries “La cascada de Amambay”, “El Sigú”, “En chata”, “Ñandurocay”, “¡Esa cabeza toba!”, “El año de 730 días”, “Historia de un pajarito”, “Tembecuá”, “Ciencia” y “Cazuela”, todas recogidas en Entre-nos. Causeries del jueves (Buenos Aires, 1889-1890, Juan Alsina Editor). “Ñandurocay” se había publicado en Buenos Aires, en el diario El Nacional, el 18 de diciembre de 1878. La columna agrega al pie lugar y fecha de escritura: “Asunción del Paraguay. Octubre 26 de 1878”. En 1890, el artículo se incluye en el Tomo IV de Entre-nos. Causeries del jueves: se reproduce íntegramente, sin incluir el pie con fecha y lugar de escritura; tampoco se especifican en la edición los datos de la publicación original en los periódicos. En línea con “El Sigú”, “Ñandurocay” es uno de los cuadros de la naturaleza con que el Mansilla explorador de 1878 compone nuevos paisajes vinculados con las alturas; a diferencia del estilo más retórico de “El Sigú”, la teatralidad de los diálogos con los paisanos y la alternancia dinámica con sus pensamientos son signos del estilo narrativo característico de Mansilla.SC