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Le Pays

Publicado por primera vez en enero de 1849, Le Pays. Journal des volontés de la France (1849-1914)  es uno de los innumerables periódicos políticos que, recuperada la libertad de prensa,  surgieron a partir de la segunda mitad de 1848, con el establecimiento de la Segunda República francesa y la llegada de Luis Napoleón Bonaparte a la presidencia. 

Su primer redactor fue Eduard Alletz. En 1850, Alphonse de Lamartine se convierte en su director político: elige como redactor en jefe a Arthur de La Guéronnière, que escribía hasta entonces para La Presse de Girardin, y publica un manifiesto en el que declara Le Pays como “Journal conservateur de la République par la République”, exhibiendo así un republicanismo moderado, sin bonapartismo ni oposición personal a Bonaparte. Sin embargo, la entrevista que el jefe de Estado mantuvo con La Guéronnière a principios de noviembre de 1851, fue preparando el terreno para la adhesión de Le Pays a la causa bonapartista. De modo tal que a pesar de que el (auto)golpe de estado del 2 de diciembre de 1851 fuera condenado por la mayoría de los colaboradores del periódico y motivara sus renuncias, incluida la de Lamartine, la de La Guéronnière fue solo una renuncia formal: en pocos días retoma su función de redactor en jefe y en agosto de 1852 se convierte en su director político. A partir de la instauración oficial del Segundo Imperio (1852-1870), Le Pays ostenta su proximidad con el oficialismo adoptando el subtítulo de “Journal de l’Empire”. 

Entre 1852 y 1870, entonces, y tal como se informa en la Histoire Générale de la Presse Française (Tome II y Tome III, PUF, 1975),  Le Pays es, junto con Le Moniteur, Le Constitutionnel y La Patrie, uno de los cuatro órganos principales de la prensa imperialista. Cuando en 1859  Granier de Cassagnac se convierta en redactor en jefe y lo convierta, en colaboración con su hijo Paul a partir de 1866, en “el órgano de sus rencores y fanatismo”, Le Pays “toma su verdadera figura de ultra imperialista”. En efecto, Le Pays, cuya audiencia es bastante grande, particularmente en el ámbito militar, ocupó un lugar aparte gracias a  la violencia del estilo y de las posiciones de Paul de Cassagnac, que se quería el portavoz del joven príncipe imperial y de la muy católica emperatriz y  era el más brutal de los adversarios de la República. 

Desde comienzos de la Tercera República, la vitalidad de la prensa bonapartista era, sin embargo, sorprendente: provenía de un esfuerzo  de propaganda considerable del partido imperialista, que apoyándose en las innumerables simpatías que el viejo régimen todavía conservaba y aprovechando la incertidumbre del nuevo, logró mantener la esperanza de una restauración a través del grupo parlamentario “L’Appel au peuple”. Si bien el órgano oficial del Comité Bonapartista -creado a principios de la década del 70 para subvencionar los periódicos del partido - pasó a ser L’Ordre, y no obstante el golpe que la muerte del príncipe imperial en 1879 significó para la prensa imperialista, que comenzó a dispersarse entre tendencias e intereses diversos, Le Pays era, todavía en 1880, el más leído de los periódicos bonapartistas. 

En noviembre de 1885, Paul de Cassagnac es reemplazado por Robert Mitchell, partidario de Victor Napoleón. En 1888, devenido boulangista, y bajo la influencia de Paul Lenglé, Le Pays apoya a la República y el 9 de setiembre de 1889 la palabra “República” aparece en el subtítulo del periódico. En abril de 1900, Ernest Renauld compró el periódico, que ya no daba para más, e intentó convertirlo en un órgano antiprotestante. 

En el momento en que entrevista a Mansilla, la cobertura que Le Pays da a la guerra hispanoamericana de 1898 era diaria y amplia, desplazando notoriamente desde abril el “affaire Zola”, y la acompañaba muchas veces con sueltos titulados “Salut” o “Viva la España”.  Sandra Contreras

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